El primero de marzo me cogió desprevenida, pero que se puede se puede.
Les invito a pasar el cumpleaños número cuarenta y dos de uno de nuestros pelirrojos favoritos. Tendremos a Harry y uno que otro problemita de la vida diaria.
Disclaimer: ningu...
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2 de Marzo de 2022.
Ron escuchó un pequeño alboroto en la planta baja de su casa, inmediatamente cogió su varita y abrió la puerta de su habitación lanzando un potente hechizo que congelaba a todo aquel que estuviera en ese lugar (menos al ejecutor de este). Bajó las escaleras como un rayo; en su mente reproduciéndose escenarios de guerra y muerte. Al llegar a la cocina tenía en la punta de la lengua un maleficio, pero este se esfumó al ver a sus hijos petrificados. Tardó un poco en comprender que ya no había mortifagos, ni guerra, que su familia estaba a salvo y solo habían sido sus niños.
—Y-yo, me asustaron. Ufff... —con un giro de muñeca el hechizo se deshizo y todo volvió a la normalidad.
—¿Qué hacen despiertos tan temprano? —eran las cinco y media, por Merlín.
—Tenemos que ir a trabajar, papá.
—Oooh, vayan con cuidado. Los amo —besó sus frentes y les dio un pequeño abrazo— gracias por todo.
Lily sonrió y le abrazó de vuelta.
—Duerme otro rato, menos mal que el tío George te quiere mucho como para darte la semana libre... Ojalá mi jefe fuera así — refunfuñó James haciendo caritas.
El pelirrojo asintió y con un último abrazo fue de nuevo a dormir.
∆•∆•∆
Unas horas después su cuerpo empezaba a despertar y se removió en la cama. Sintió un peso en su cintura y en su espalda, se quedó mortalmente quieto escuchando la respiración acompasada y esos pequeños ronquidos de la persona atrás suyo; inevitablemente los reconoció, años de convivir con él le daban esa experiencia... Pero no podía ser, por Merlín.
Ron dio la vuelta demasiado rápido sin considerar que su acompañante estaba completamente pegado a él. Cuando lo vio, el moreno tenía una mueca de dolor, sus manos tapaban su nariz y se quejaba.
Harry... Era Harry... Había vuelto.
El pelinegro aún en medio del dolor volteó a mirar a Ron que lo observaba incrédulo.
—Hola... —movió su nariz y se masajeó el tabique. El pelirrojo seguía estupefacto; las palabras querían salir de su boca, pero su mente parecía no comprenderlas por lo que prefirió irse rápidamente al baño antes de decir alguna estupidez (o tal vez estaba soñando) y arruinar más las cosas.
Harry quedó quieto en la cama muy pensativo, con un pequeño suspiro se levantó y bajó a preparar el desayuno.
∆•∆•∆
El moreno abrió la puerta de su habitación con el desayuno favorito de su marido levitando detrás suyo, Giulia le ayudó en empujando con su pata y entrado tranquilamente al lugar. La primera vista que tuvo le quitó el aliento unos segundos: el glorioso Ron Weasley; la luz mañanera pegando en su torso desnudo y su cabello mojado sacándole destellos cobrizos. «Que tesoro tengo conmigo» pensó contento.
