➪ ; LOVERS - CREPÚSCULO - [Paul Lahote, Rosalie Cullen]

- 1.10 -

Al salir de la casa con una sonrisa incomoda, comenzó a correr hacia donde se supone que estaba la división.

Sabía que Paul la esperaba ahí, pues a este no le gustaba para nada la idea de su impronta yendo a conocer a la familia del novio vampiro de su tonta hermana.

-¡Paul!- exclamó Elizabeth cuando el gran lobo gris se acercó a ella, rápidamente lo abrazó.

El lobo comenzó a lamberla por todos lados. La castaña rio.

-Supongo que huelo mucho a muerto, ¿no?

-¡Aléjate de ella!- gritó una voz a lo lejos.

Elizabeth se asustó cuando Paul la levantó con la cabeza haciendo que quedara sobre él.

El lobo comenzó a gruñir fuertemente hacia la recién llegada vampira.

Atrás de esta, venían los demás Cullens.

Con rapidez, por lo que Elizabeth pensaba fue el olor, llego la manada.

-¿Que carajos sucede?- gritó Elizabeth.

-¡¡No puedes acercarte a ese animal!!- gritó Rosalie. Paul gruño.

-¿¡Que te sucede, maldita loca!?- gritó Elizabeth de regreso.- ¡Acabo de conocerte!

-¡Aléjate de-

-¡Basta, Rosalie!- gritó Carlisle.- ¿Que está pasando?

Después de que hablaran unos minutos, y muchos gruñidos molestos de Paul, que suponía que él podía escucharlos, Carlisle volvió a hablar.

-Tengo entendido que Elizabeth es la impronta de uno de tus chicos.- hablo Carlisle hacia Sam.

-Lo es- confirmó Edward tras leer la mente del lobo.

-Los vampiros tenemos algo parecido- hablo Carlisle.- nuestra pareja predestinada, con quien pasaremos la eternidad.

Y Elizabeth se asusto, por que esto solo podía llevar a un lugar.

-Mi hija, Rosalie, acaba de encontrar a su pareja predestinada; Elizabeth.

Todos los lobos, menos Sam, comenzaron a gruñir con molestia mientras se acercaban al borde de la división.

-¡Pero soy la impronta de Paul!- exclamó Elizabeth.

-Lo sabemos, querida- hablo Esme con calma.- por eso queremos hablar tranquilamente contigo. En casa.

-Elizabeth está bajo la manada, no nos quieren cerca de ella- hablo Edward con algo de molestia leyendo la mente de Sam.

-Sam, por favor. No le haremos ningún daño en absoluto- hablo Carlisle.- tu muchacho, Paul, puede venir con ella.

Edward sabía que Paul estaba básicamente gritándole a Sam que no lo harían, pero el mayor insistía que si debían.

-Dijo que si.- confirmó Edward.

Rosalie sonrió alegre viendo a Elizabeth, ignorando el que estaba sobre el animal.

Elizabeth estaba preocupada, sabía que esto traería problemas.

-Vendrán mañana a las 6.- dijo finalmente Edward.

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Elizabeth estaba acostada en la cama de Paul jugando con el cabello del chico, quien la abrazaba fuertemente por la cintura.

Parecía que el chico quería llorar desde que había vuelto a su forma humana unas horas atrás.

-¿Paul?- hablo Elizabeth.

-¿Si?- dijo el chico con voz quebrada. Elizabeth se asusto.

-¿Que sucede?- pregunto la chica rápidamente moviendo la cabeza del hombre para poderlo ver.

-¿Te alejarás de mi?- pregunto el chico en voz baja.

En las semanas que llevaban conociéndose, Paul sabía lo mucho que amaba a la castaña. Aunque aún no haya teniendo el coraje de decírselo.

Al igual que, por ser su impronta, la amaba tanto que no sería capaz nunca de obligarla a quedarse a su lado si ella no lo deseaba.

-¿Que?, ¡claro que no!, ¿por que lo haría?- pregunto Elizabeth con confusión.

-Tal vez prefieras estar.. uh, pasar tiempo, con ella- hablo bajamente Paul, y es que ambos aún no eran "oficialmente" novios, y eso traía algo mal a la castaña aunque no lo demostrara.

-Eres mi..-se cortó Elizabeth sola.- No me alejare de ti, Paul.

-¿Como lo sabes?

-Solo lo se. Jamás podría dejarte de lado; eres especial para mi.

-Pero, ¿como lo sabes?, ni siquiera la conoces aun.- dijo el chico inseguramente.

Elizabeth vio el techo, tenía razón. Ambas chicas no se conocían por lo tanto no sabia que podía llegar a pasar.

Pero sabía que no importaría si conociera a alguien mas, se quedaría con Paul;

Incluso si estaba con alguien más.