15: Magnetismo.

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      El calor de la fogata hacía más amena la estadía dentro del parque natural que impactaba con sus mejores conjuntos de estrellas visibles gracias a su lejanía con la ciudad. La luz se perdía en medio de una oscuridad profunda en la circunferencia del sitio donde se habían ubicado las excursionistas. Los animales nocturnos emitían a lo lejos sus característicos cantos y para las cuatro chicas resultaba interesante oírlos, mientras, comían lo último dentro del menú principal que cocinaron con tanto esmero. Sus risas y gritos de emoción desafiaban el ambiente de calma que la naturaleza ofrecía a quienes le visitaban.

      — ¡Escuchen todas!  —  una ebria Jinsoul obtuvo la atención de las presentes —, hay algo que quiero decirles, pero ante todo, gracias por acompañarnos en esta salida, es un honor compartir con ustedes este maravilloso ambiente. 

      — Pero si dijiste que te disgustaba invitarnos — murmuró Hyeju.

      — ¡Silencio Son!, esta noche ha sido muy especial para mí y me gustaría creer que para ustedes también. ¡Gracias por venir y celebrar el primer aniversario de trabajo de Jungeun! ¡Propongo un brindis por nuestra atractiva comisaria! 

  Jungeun se encogió en su asiento y elevó avergonzada su copa mientras era observada por Chaewon y Hyeju que aplaudían animadas.  Jinsoul continuó: 

     — He tenido la dicha de conocer a alguien tan inteligente y admirable durante este tiempo y esa  eres tú. Estoy muy agradecida contigo, porque siempre me apoyas; gracias por demostrarme que el afecto y el interés de pareja deben ir junto a la independencia, la estabilidad y el amor personal. Gracias por ser parte de mi vida, mi Jungeun.  

 Lágrimas asomaron de los ojos  de Jinsoul, por lo que la festejada se burló cariñosamente de ella y su mensaje. La invitó a sentarse y tomó su mano para dejarle un tímido beso.  

     — Gracias, Jinsoul. Gracias por alegrarme, por ser el motivo de mis sonrisas y por compartir conmigo parte de tu vida. Te quiero — una sonrisa decoró su rostro. 

    — Te quiero, Lippie — soltó el agarre de sus manos y buscó un rollo de papel higiénico, cortó un trozo y sonó su nariz con fuerza pues había llorado —. Recuerdo cuando llegué a la estación aquella vez en que te nombraron como mi nueva jefa, siempre quise conocerte desde el primer día. Chaewon es testigo de ello, ¿verdad, Chae?

    — Sí — se dirigió a Jungeun —, Jinsoul no dejaba de hablar de ti. Decía que la nueva comisaria era más encantadora que su ex con la que había terminado hacía dos días.

    — ¿Eso es verdad, Soulie?  — dijo con gesto  sorprendido buscando  su mirada.

    — No es necesario que confieses tantas cosas Park, yo me encargaré de eso... pero sí Lippie, es cierto. Yo quería conocerte, no sólo porque me interesó tu físico sino porque irradias esa aura misteriosa que te hace tan interesante. Me gusta mucho tu sensibilidad y tu capacidad para resolver los problemas más complicados, hay tantas cualidades que debo reconocerte pero en resumen, me gustas por quién eres.

    — Creo que no nos corresponde escuchar tu declaración de amor, Jinsoul — desafió Hyeju en tono sarcástico —. Ahora resulta que la del romance adolescente eres tú. 

    — Déjame terminar, novata— Jinsoul giró los ojos con evidente molestia —. Jungeun, me gustas tanto y quisiera, si tu lo deseas, que seas mi novia. 

    Sacó una cajita con dos anillos y le tendió uno a Jungeun quien lloraba conmovida ante la propuesta. Sabía que no era  del tipo matrimonial pero Jinsoul removía en ella los sentimientos más escondidos.

    — Claro, ven aquí. 

    Ambas se abrazaron y lloraron sobre sus hombros, mientras tanto, Chaewon las veía con alegría al mismo tiempo que sus labios formaban una mueca tonta. Tragó saliva y fingió una especie de alergia repentina para ocultar las lágrimas que asomaban. 

    — ¿También vas a llorar, Chaewon? — murmuró Hyeju hipnotizada en las facciones de su superiora.

    — Es que me alegra mucho que ellas sean felices, y por fin Jinsoul le confesó sus sentimientos a Jungeun. 

     Luego de calmar el llanto, Hyeju se dirigió a buscar el pastel de aniversario  que escondieron sin que Kim Lip lo sospechara, y  le dedicaron sus mejores deseos al ritmo de una popular canción en inglés. La comisaria sopló las velas de su pastel y escuchó con atención a sus compañeras:

    — Aunque me incorporé hace poco  al equipo, puedo asegurar que usted es una gran líder,  Comisaria Kim.

     — No estamos en la oficina, Son, dile Jungeun. No te despedirá si la llamas por su nombre verdadero — propuso Jinsoul. 

     — Bien, Jungeun sunbaenim, ...

     — ¡Que no uses formalismos! — exclamó Jinsoul impaciente. 

     — Está bien. Jungeun..., aunque hemos convivido por poco tiempo,  puedo decir que eres una excelente novia para Jinsoul, aunque es obvio que tu existencia no se reduce a eso. Eres inteligente, escuchas y estás serena cuando alguien acude a ti.  Eres una gran persona digna de aprecio. A veces hablas y regañas demasiado al equipo, pero sé que es porque quieres que todo salga bien. 

     Las demás rieron y Kim Lip se sonrojó ante el comentario de Hyeju. 

"Sí, puede que tenga la costumbre de quejarme en las ocasiones más curiosas, pero es que ya saben que ustedes tienen la culpa de acabar con mi paciencia". Pensó Jungeun. 

    — Pero no siempre estoy quejándome.

   — Cierto, a veces estás besándome.

    — Oye, no aquí frente a ellas.

     Jinsoul capturó su cuello  y la besó con pasión mientras Jungeun  se resistía y ofrecía disculpas a las otras dos chicas que veían atentas la escena.   Un tanto cansada, cargó  entre sus brazos a Jinsoul y desapareció apenada en dirección a la tienda de campaña que les pertenecía. Luego regresó: 

     — Si quieren podemos apagar ya la fogata e ir a dormir — sugirió una vez se deshizo de su borracha novia. 

"Aún no, Jungeun. No la apagaré porque me gusta ver su rostro siendo iluminado por la lumbre, me gusta Hyeju. Quiero estar más tiempo con ella, talvez logremos ser más cercanas esta  hermosa noche". 

    — Nosotras lo haremos, ve a dormir — dijo Chaewon. 

    — Gracias. Buenas noches.  

    — Adiós, comisaria Kim. 

 El ambiente se silenció y un extraño frío recorrió la espalda de Hyeju.

   — Oye, creo que ya es hora de dormir, Chaewon. 

   — Me gustaría hacer lo mismo que hicieron ellas, agente Son... y no es precisamente dormir. 

Identidades Difusas.Where stories live. Discover now