Polvo blanco en el tablero.

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1988.

El Sol comenzaba a despertar, junto con él había una chica, que yacía dormida en un sofá. Esperando una llamada que jamás llegaría.

El hambre había hecho que despertará pues desde la noche anterior en la que esperaba a su esposo, ella estaba tan feliz que le hizo una cena especial. Celebrando su primera reunión desde hace 8 meses.

Había prometido que llegaría el jueves en la tarde. El día transcurrió y estaba ella sola, en una gran casa, era linda, pero le faltaba algo. ¡Claro un esposo presente y tal vez un par de bebés!

Se sentó en el sofá, dio un gran suspiro y se propuso levantarse, debería comer algo, darse un baño, arreglar su jardín, salir a hacer las compras para comer ella quizá, de igual manera pasear a los perros. Era una rutina no diaria, pero le gustaba la idea de que algún día ella llegaría de las compras, entraría a casa y estaría el ahí, dispuesto a compartir su día, historias, la cena y quizá la cama.

Se puso de pie, fue a la cocina a preparar un café y un par de tostadas. Abrió el ventanal del jardín y sus dos perros entraron, contentos de que ella haya llegado. Comenzó a saludarlos y se dispuso a compartir un día más con ellos.

"Marlena Sixx, Marlena Sixx, Nikki Sixx, Nikki Sixx, Nikki Sixx, Marlena Sixx"... eso decían los sobres de correspondencia tirados en la entrada. Tomó todos y se dispuso a leer su correspondencia. Al volver a entrar se percató de algo. Había un auto negro estacionado fuera de su casa. Se sintió cómo una adolescente emocionada por su primera cita. Pero... ¿Dónde estaba él?

Entro a su casa y subió a su habitación, esperaría encontrarlo ahí, acostado con todo y botas, haciendo algo que a ella le provoca enojo, claro "Ensuciar la cama".

Nikki no estaba ahí, tal vez estaría en la ducha, podría darle la bienvenida algo húmeda. Pero el grifo estaba cerrado y la luz apagada. Pensó en el estudio que tenía en su casa. Bajo de nuevo y entro, no sin antes tocar la puerta, no recibió respuestas. Así que entro.

Adoraba ese lugar, Nikki tenía sillones de piel, alfombras, cuadros y toda clase de instrumentos, también le gustaba que olía a su amado esposo a "whiskey y cigarros".

Marlena se preocupó al ver que no estaba. Así que decidió llamar a sus compañeros, si su auto estaba aquí, quería decir que había llegado hace horas.

—¡Hola! Buen día Tommy. — La castaña saludo a Lee, probablemente el mejor amigo de Sixx —.

— ¡Oh!, ¿Buscas a Tommy?, en un momento te lo paso, ¿Quién habla?

—Sólo dile que Lena lo busca. — Sólo cerró los ojos esperanzada a escuchar la risa, los gritos de enojo o simplemente la voz de ebrio de Nikki, sabría que está bien y ya llego -.

—¿Marlena?, ¿Marlena Sixx? ¿No quieres hablar mejor con tu esposo? — Los ojos de ella se iluminaron, sabía que Nikki estaba ahí, no tardaría en volver a casa —

— ¡Claro si Nikki está ahí me gustaría...! — Todo se quedó en total silencio — Amm, ¿Hola?... ¿Podrías pasarme a alguno de los dos?

De pronto solo de fondo se escuchaban risas de chicas, música y los integrantes riendo, sobre todo Tommy y Vince. La señorita al otro lado de la línea, al parecer había dejado el teléfono sobre la mesa y se había olvidado de la plática. Marlena podía escuchar todo.

Ella se resignó, tal vez Nikki se estaba divirtiendo en otro lugar, tal vez drogado e incluso tomado. Lo peor de todo es que ella más tarde tendría que ir por él. Se quedo intranquila. Decidió que no sería así.

THE SIXXWhere stories live. Discover now