꧁ Chapter 8 ꧂

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Pasaron unas horas hasta que Jungkook llegó al palacio celestial, totalmente sigiloso para no llamar la atención de los demás ángeles que usualmente se pasaban haciendo guardia por el lugar.

Sin contar que cuando estuvo pasando por el corredor principal que lo dirigiría a su habitación, sería interceptado por un Jimin con un rostro difícil de leer.

—Kook, necesito hablar contigo.

Su voz era severa. Apenas había despertado de su sueño, agradecido por haber notado la presencia del castaño.

—Jimin hyung, ¿Qué sucede? ¿Me estabas esperando? —preguntó confundido. Esto ya no le estaba dando buena espina.

—Sí, ahora vamos al jardín trasero que lo que te quiero decir nadie lo debe escuchar.

Jungkook asintió sin comprender la actitud de su mayor y sin tener la mínima idea sobre el tema a tratar.

Ah, pero ¿qué se iba imaginar?

Si todavía tenía muy fresca la memoria con los recuerdos recién creados.

Taehyung siendo todo un mimoso con él. Pidiéndole besitos en el rostro estando en su regazo, mientras que con las alas del ángel se resguardaban del frío nocturno.

Y es que el demonio desde que había descubierto que las alitas de su angelito podían guardar tanto calor, no se podía contener al pedirle que lo hiciera siempre que estuvieran recostados contra uno de los frondosos árboles de su lugar secreto.

Porque él que era un demonio siempre estuvo acostumbrado a la frialdad de su corazón y de su cuerpo.

Pero con Jungkook todo se elevaba y el frío desaparecía para dar paso a esa dulce calidez.

El ángel sonrió tímidamente al recordar que ese gusto de su demonio fue por algo que había dicho en uno de sus encuentros de hace unos días atrás mientras la oscuridad les rodeaba.

Jungkook había llegado a su lugar de encuentro de siempre con aquel demonio tan bonito y que últimamente era el dueño de sus suspiros y latidos frenéticos de su corazón que parecía querer escapar de su pecho cada vez que le veía.

Como siempre, se lo encontró esperándolo sentado en una roca cercana al pequeño lago de agua cristalina, jugando un poco con esta por mero aburrimiento.

—Tae... —llamó con su melodiosa voz y el mencionado levantó su rostro, yendo rápidamente para ir a besar a su lindo ser de luz que en esos momentos parecía tan impresionante, al tener extendidas sus bellas alas.

Jungkook aceptó gustoso el rápido gesto de saludo del contrario, sin embargo, no pudo evitar estremecerse por el fuerte frío que le recorrió.

Bebé, estás heladomencionó tomando con delicadeza las mejillas del contrario, acariciando un poco la zona.

El tono de rojo cubrió los mofletes del demonio que desvío la mirada, avergonzado, pues era la primera vez que Jungkook había notado ese pequeño defecto en su ser.

Ya que usualmente cuando tenía contacto con él ya se había calentado lo suficiente para no alejarlo por lo frío que era su cuerpo. Puesto que su temperatura podía ser comparada a la de un muerto. Tan diferente a la del ángel que irradiaba ese calor que lo atraía como una polilla.

La verdad es que nunca le había molestado esa condición de su cuerpo, pero pensó que al ángel sí, porque se preguntaba: ¿A quién en su sano juicio le gustaría tocar a alguien con la temperatura de un cadáver?

Nyctophilia; JJK & KTHWhere stories live. Discover now