Capitulo N°24; Ojala te muerda un perro

30 23 24
                                    


— Liam ¿Donde vas? — Hice oídos sordos a las preguntas de Sam y solo seguí caminando. — ¿Acaso me estás ignorando, Hamilton?

— Samantha. — Me gire bruscamente hacia ella haciendo que chocara contra mi pecho, se alejó y me miró frunciendo el ceño. — Llevas siguiéndome todo el rato desde el campamento, necesito hacer algo a solas, ¿Podrías devolverte?

Me miro con los ojos entrecerrados y puso sus brazos en forma de jarra, me miro un buen rato hasta que decidió hablar.

— ¿Y que es eso taaan misterioso que debes hacer? — Suspire mirando el cielo y luego la mire nuevamente.

— Solo tengo que hacer algo, vuelve al campamento. — Se quedó mirándome tratando de que le dijera algo pero al final se rindió y dio media vuelta en dirección al campamento. Habíamos caminado solo unos tres minutos así que el campamento no estaba tan lejos de aquí como para que le pase algo otra vez.

Pero como es Sam siempre le pasa algo.

Me asegure de que Sam llegara bien y cuando ya vi que estaba llegando al campamento seguí caminando rumbo al campamento de Diane, aún no me cabe en la cabeza que Diane hiciera algo así, pensé que lo que le hizo a Mackenzie fue algo malo pero con esto sobrepaso todos los límites.

Cuando llegue vi a su padre ordenando unas cosas -creo que guardando todo para irse- en su camioneta y caminé hacia el, se giró hacia mi al escuchar mis pasos y al verme me dio un efusivo abrazo golpeando mis espalda con su palma.

— ¡Liam! Tanto tiempo sin verte. — Le devolví el abrazo haciendo lo mismo que él y me reí levemente.

— Mucho tiempo señor Heizer. — La verdad es que hace mucho tiempo no veía a ningún Heizer, es agradable ver nuevamente al padre de Diane ya que siempre fue un muy buen amigo para toda la familia.

— ¿Que te trae por aquí? ¿Estás con tu familia? — Me hablaba mientras seguía acomodando cosas en su camioneta. Lo ayude a subir un bolso y con la mirada busque a Diane pero no la vi.

— Si, estoy con mi familia y unos amigos. — Puse otro bolso al lado del que ya había puesto en la camioneta.

— Me hubiera gustado ver otra vez a tus padres, pero estamos cortos de tiempo y tenemos que irnos, nuestro vuelo a Rusia sale en 3 horas. — Me quede mirándolo mientras acomodaba las demás cosas pensando en la propuesta que me había hecho Diane de ir con ella a Rusia.

— Estoy seguro que ellos también hubieran querido verlo. — Me sonrió levemente y yo hice un carraspeo con mi garganta. — ¿Diane está aquí?

El señor Heizer iba a responderme pero fue interrumpido por su hija, quien venía junto a la señora Heizer, al verme corrió hacia mi y me abrazó efusivamente haciendo que diera unos pasos hacia atrás.

— Liam, viniste a despedirte. — Me miró con un puchero y yo la alejé de mi lentamente con mi ceño algo fruncido. — ¿Pasa algo? ¿Por que me ves así?

— Necesito que hablemos a solas, Diane. — Le di una mirada a sus padres quienes estaban desarmando su carpa. Diane asintió mirándome confundida y caminé hacia un lugar alejado de su campamento con ella detrás siguiéndome. Me di vuelta para mirarla y suspire pesadamente. — ¿Por que le hiciste eso a Sam?

Diane me miraba totalmente sorprendida, vi que jugueteaba con su pulsera y entendí que esta nerviosa, sigo sin poder creer que ella haya hecho algo así, pero tampoco me sorprende que lo hiciera, siempre ha intentado ahuyentar a todas las chicas que he conocido y no me sorprendería que quisiera hacer lo mismo con Sam.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 28, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Los Mujeriegos Nunca Cambian ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora