Capítulo 5

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Carlota Baskerville

Normalmente en mi palacio siempre había personas de un lado a otro, mis padres hablando o podía ser todo lo contrario, que pareciera que no había nadie, mucho silencio, sin señal de que hubiera personas dentro del palacio, pero hoy, hoy que solo era yo en el gran palacio se sentía muy bien, eran pocos los sirvientes, ya que yo no los llamaba mucho, solo era yo, el palacio solo para mí.

Estaba en la gran biblioteca del palacio, nunca había tenido el tiempo de leer todos estos libros y estaba segura de que mis padres tampoco, yo era la única que venía aquí, leía algunos libros, otros eran aburridos, se trataban leyes y cosas de ese estilo, un día vi un libro que me llamó mucho la atención, era muy grande comparado con otros, nunca pude ver el título ni la portada del todo bien ya que ese día que lo vi mi madre me tuvo que sacar a la fuerza de la biblioteca por que según ella había una serpiente en la biblioteca. Desde ese día lo he buscado, quería saber qué era y que contenía.

Collin me llamó, llegó una carta de Timothée, sonriente me deslicé por el barandal de mármol color negro, iba feliz para leer la carta que Tim había mandado.

Esto era lo mejor, estaba sola en el palacio buen no literalmente sola pero sin mis padres se sentía muy bien. 

-Carta a Carlota Baskerville. -Me la entregó y yo la abrí cuidadosa y rápidamente.

Decía así: 

Buenos días Car, estoy un tanto emocionado por poder ir en la tarde contigo a tu palacio, te veré en unos minutos en la escuela, tal vez desde la ventana o en el pasillo, ver tu sonrisa y hermosos ojos harán mi día mejor. Escribí algo y te lo quería mandar a ti, por que siempre que te escribo me siento escuchado. 
A veces piensas que lo único que quieres es desaparecer... Cuando lo único que quieres es que alguien te encunetre.
—Wow... Eso era bastante cierto—. Pensé con la carta entre mis manos.

Y bueno Car yo pienso que ahora hay alguien que me encontró, creo que fuiste tú...
Si gustas ir conmigo a la escuela solo recuerda que estoy a fuera de tu castillo, hace pocos minutos entregué la carta.
Atte: Olaf Capell.

Subí corriendo a mi habitación, me agaché y arrastre un poco por el piso para poder alcanzar la caja de abajo de mi cama, guarde la carta en esa caja y me asomé por mi ventana. Ahí estaba... Timtohée.

-¡Ya voy! -grité por mi ventana. 

Antes de salir de mi habitación me miré al espejo unas cuantas veces para asegurar de verme bien, tomé mis cosas y salí.

Caminaba por el jardín en dirección a la gran reja para salir. Collin la abrió y yo salí.

-¡Hey, Olaf! -él se volteó a verme. 

-¡Carlota! -Caminó hacia mí y nos saludamos. -Entonces ¿no te llevará el carruaje? -negué con la cabeza. -Bueno pues vamos. -Extendió su brazo y lo tomé para caminar juntos. 

-Te tengo una pregunta. -le dije.

-Pues suéltala. 

-¿Mandaste la carta justo en la mañana? -me quedé estática sin caminar.

-Sí, para darte los buenos días. -sonreímos.

-¿Solo para eso? 

-Claro, ¿si no para qué otra cosa? 

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