Otro día

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•H y V adolescentes.

"Viktor quiere declarar su amor a la persona que le gusta. Sin embargo, cuando reúne las fuerzas para hacerlo, sus nervios le traicionan."

Viktor esperaba inquieto en la salida del instituto. Después de siete meses, había decidido hablarle por primera vez a la persona que le gustaba. La espera se le hacía interminable. Jugaba con sus dedos y sus mejillas estaban levemente ruborizadas. Suspiraba profundamente en un intento de calmar sus nervios. Después de varios minutos, logro visualizar a su objetivo. Horacio se despedía de sus amigos y pasaba por las puertas de la entrada. Se dirigía hacia él a paso lento y, una vez estuvo a su lado, el ruso lo miró embobado. Sin embargo, Horacio no notó su presencia y siguió su camino. Volkov dudo un segundo y decidió hablar.

-Privet - dijo con tono inseguro detrás del moreno.

Horacio detuvo sus pasos y se giró para observarle. Su ceño fruncido, no conocía a la persona frente a él. De todas formas, correspondió el saludo amablemente.

-Hola ¿Te conozco? - fue directo y espero la respuesta mirándole fijamente.

-Mi nombre es Viktor Volkov, vamos a clase juntos. - las mejillas del ruso adquirieron un ligero color rojo que contrastaba con su pálida piel.

-Un placer Viktor, yo soy Horacio. - Seguía sin reconocerlo, pero decidió ahorrarse ese detalle y le sonrío, el ver al chico claramente nervioso le causaba cierta ternura.

-Privet, Horacio - Volkov correspondió su sonrisa. El hecho que Horacio supiera de su existencia le generaba una felicidad inmensa.

Horacio esperó que continuará con la conversación, pero al ver qué el chico no pensaba soltar palabra siguió caminando. Volkov retomó sus pasos acompañándolo. Perez lo miró extrañado, sin embargo se le ocurrió que sus hogares podrían quedar por el mismo camino y decidió no darle importancia. No obstante, comenzaba a inquietarse después de haber recorrido varias manzanas con Volkov siguiéndole, por lo que decidió enfrentarlo.

-Perdona ¿Necesitas algo?-preguntó amablemente.

-Y-yo quería sa-saber si... Tú... -Viktor comenzó a tartamudear. Pedirle a la persona que le gustaba si quería salir algún día con él resultó ser más complicado de lo que pensaba. -S-si... Digo si no tienes n-nada... - Comenzó a divagar y sus mejillas enrojecieron completamente.

Horacio, con una ceja arqueada, esperaba paciente a qué terminara su habla. Sin embargo, al haber pasado unos minutos decidió cortar los tartamudeos incomprensibles del ruso.

-Lo siento. Tengo que irme, Viktor. Otro día seguimos con la charla, nos vemos. - le regaló una sonrisa y comenzó a correr, pues llegaba tarde a su entrenamiento.

Volkov le observó hasta que desapareció de su campo de visión. Agarró sus cabellos y tironeó de ellos fuertemente. Estaba fastidiado consigo mismo, sus nervios arruinaron su oportunidad. Además, Horacio seguramente pensaría que era un chico raro y no le dirigiría la palabra. Largó un suspiro hastiado y dio una patada al suelo. Decidió no pensar más en el tema. Otro día lo volvería a intentar y esperaba que en esa oportunidad sus nervios no le traicionaran. Se dio la vuelta y partió rumbo a su casa, deseando que el menor no pensar nada malo de él.

~FIN~

DRABBLES - VolkacioWhere stories live. Discover now