23𖤣 | El Shrek malhumorado y El príncipe encantador

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¿Por qué carambolas no puse en mi guión que es imposible enfermarme?

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¿Por qué carambolas no puse en mi guión que es imposible enfermarme?

Me desperté esta mañana sintiéndome terriblemente enferma. Dormi muy mal, mi cabeza y mi cuerpo dolían. Pero aún asi, en lugar de quedarme en casa en donde iba a estar sola y desamparada, me prepare para ir a ver a Chifu... Digo, para no perder clases, obvio.

Apenas podía mantener los ojos abiertos mientras me vestía y me peinaba. Me miré en el espejo y me di cuenta de que mi rostro estaba pálido y mis ojos tenían un brillo apagado.

Caracoles, estas ojeras mías están más oscuras que el cacharro de Kisaki.

¿Y a quién se le ocurrio la idea de bailar bajo la lluvia?

¡Era mi sueño! Esas oportunidades no pasan dos veces.

El sonido del timbre resonaba en mis oídos mientras trataba de concentrarme en la clase de... ¿qué clase era esta? Santa madre, estoy realmente mal.

Mamura, que se encontraba a mi lado, notó que algo andaba mal. Seguramente porque no lo he molestado en toda la clase con una pregunta tonta o con una broma pesada, no tenia energía para ser insoportable el día de hoy. Noté como sus ojos azules reflejaban preocupación.

—Saihara, ¿te sientes bien? —preguntó en un susurro.

Solté un estornudo.

—Podría estar peor —me sorbí los mocos. Auxilio, no puedo más con estos estornudos sin parar.

—No te ves nada bien —habló Haruka con el ceño fruncido.

Lo sé, parezco un pug con asma.

—Un sana sana colita de rana y se me pasa —bromeé con una sonrisa debíl.

—Te llevaré a la enfermería —sugirió Mamura.

—Es lo mejor, tranquilos que yo después les paso los apuntes —aseguró Katsumi, con su voz llena de genuina preocupación—. Llevala rápido.

Mamura tomó mi brazo y me ayudo a levantarme de mi asiento, me apoyé en él mientras nuestras manos se rozaban. Caminamos lentamente hacia la enfermería, con mi cabeza apoyada en su hombro.

—Ayuda, me muero —me sente en una de las camillas y toque mi frente—. Madre mia, tengo fiebre.

—¿De verdad? —asentí con la cabeza.

De repente, Mamura colocó su frente sobre la mía. Deje de respirar por la sorpresa, sentí su piel contra la mía mientras él comprobaba mi temperatura.

Santa madrecita, eso si que me ha puesto nerviosa. ¿Qué ha sido eso? ¿Será esto normal entre los japoneses? ¿No que eran más conversados? ¿Acaso la fiebre me esta haciendo alucinar?

—Shrek, no nos desconozcamos —mire a otro lado evitando el contacto visual.

Efectivamente la pared es una pared.

𝘛𝘢𝘭 𝘷𝘦𝘻 𝘦𝘯 𝘰𝘵𝘳𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢 メイ [Chifuyu x Oc]Kde žijí příběhy. Začni objevovat