El primer amor

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Habían pasado dos días en los que no había pegado ojo. Troy tampoco, ya que nos pasábamos el día encerrados en mi habitación viendo películas, hablando o simplemente no haciendo nada.

Hoy era el funeral de Cameron. Quedaban tres días para su cumpleaños y Troy iba a tener que celebrarlo con ese dolor.

Miré el sobre de reojo mientras me cambiaba. Debatí mentalmente entre abrirlo o no, pero mi madre entró a mi habitación y aparté la mirada.

- Buenos días, cielo - susurró, recogiendo mi pijama del suelo -. ¿Estás preparada?

Observé que lo plegaba con delicadeza. Llevaba sin hablar con mis padres dos días, aunque ellos habían tratado de preguntarme cómo estaba. Kir había pasado aquí mucho tiempo, también.

Todo el mundo estaba conmigo estos días, incluso Evan me había llamado para darme el pésame. Fue triste pensar en que una desgracia así había de ocurrir para que la gente se preocupase por ti.

Mamá me dio un beso en la mejilla y salió por la puerta. Cuando acabé de vestirme, bajé hasta el salón.

Ver a tantas personas de negro, me pareció demasiado deprimente. Mi padre me informó que Lewis nos esperaba fuera para llevarnos al cementerio, por lo que salimos y entramos al coche.

En el camino, nadie dijo nada. Ni siquiera se escuchaban nuestras respiraciones.

Bajamos y agarré a Troy de la mano. Algunas personas ya habían llegado, como Arden y Van. Bea no estaba porque debía quedarse con Steve - el cual no sabía absolutamente nada - y no estaba segura de que Verónica lo supiera.

Troy se giró al escuchar su nombre, así que yo lo hice por mera curiosidad.

Era un chico castaño, con los ojos marrones y el pelo largo. Iba acompañado de una mujer bajita y regordeta.

- Zach - murmuró, lanzándose a darle un abrazo.

Así que ese era nuestro Zach...

Luego, la mujer, quien suponía que era su madre, repitió el gesto.

Kir y Jack se acercaron a nosotros.

- Oh, ella es Kir, mi novia, y Jack, su hermano - les presentó -. Él es Zach.

Kirsten alzó una ceja, sorprendida. Después sonrió y le dio la mano.

- Es un placer conocerte, de verdad - le dijo.

Esperamos un poco más y nos acercamos a la lápida. Iba a empezar todo y yo no me veía capacitada para hablar delante de toda esta gente, pero debía hacerlo para honrar la memoria de Cameron.

Troy subió primero a la especie de tarima que había para hablar. Tenía los ojos llenos de lágrimas y la mirada muy pérdida, pero tomó respiraciones profundas y se aclaró la garganta.

- No sé muy bien cómo empezar esto, ni qué debería decir, así que supongo que diré lo primero que pase por mi cabeza cuando pienso en Cameron -. hizo una pausa, tratando de calmarse -. Siempre dicen que los hermanos gemelos son exactamente iguales, ¿no? Pues no era nuestro caso. Cameron adoraba todo lo que yo odiaba y viceversa. Solo coincidíamos en una cosa: Que haríamos cualquier cosa por el otro. Sé que no se sentía así, pero me ayudó en todas las formas en las que necesitaba ser ayudado. Me aceptó cuando ni siquiera yo mismo lo hacía y... me quiso cuando ni siquiera yo mismo lo hacía.

>> Tenía tantas virtudes que podías olvidar todos y cada uno de sus defectos. Cameron tenía un corazón gigante aunque le costaba lo suyo mostrarlo - tragó saliva y se giró hacia el ataud de su hermano -. Son tantas las cosas que hemos vivido juntos, Mayer Junior, que no soy capaz de compartir una ahora mismo.

Se hizo un grande silencio. Troy seguía ahí subido.

-  Te quiero, Cameron - susurró, más para ellos dos que para el resto -. Y lo voy a hacer siempre, ¿vale?

Otro silencio, estaba vez un poco más corto.

- No sé dónde estarás, pero seguro que estás en algún lugar precioso y tranquilo.

Con eso último, bajo de la tarima y le dio un beso al ataúd. Me miró y sonrió con tristeza.

Era mi turno y... tenía un nudo en la garganta. Zach me puso una mano en el hombro que, a pesar de que no le conocía de nada, fue reconfortante.

Caminé hacia la tarima en la que estaba antes Troy. Bueno, ya estaba subida, solo tenía que... hablar.

Tú puedes.

Le di un vistazo al ataúd y respiré hondo.

- Yo no...- mi voz sonaba demasiado aguda -. No estuve en la vida de Cameron por mucho tiempo. Fue mucho menos del que me habría gustado. En cambio, consiguió sacar una parte de mí que ni siquiera yo conocía. La parte capaz de amar y amarse, la parte que no tiene miedo a lo que va a pasar y, lo más importante, me ayudó a confiar en mi valor. Antes de conocerle, pensaba que si te enamorabas en menos de cinco meses, estabas loca, pero yo me enamoré de él desde que me sonrió por primera vez. Puede que sí fuera amor a primera vista, después de todo.

<< Supongo que lo único que puedo decir ahora que te has ido, es que te echaré de menos por tanto tiempo como por el que te prometí quererte. Y que, si en esta vida no hemos tenido suficiente, lo intentaremos en las próximas.

Sentí que me costaba respirar tras decir eso y decidí parar. No podía seguir ahí arriba.

Bajé y me metí entre los demás, intentado que no me vieran. Kir corrió a buscarme y me abrazó mientras lloraba.

- No puedo...- intenté decir -. No puedo vivir así.

- Claro que puedes - insistió, sentándose conmigo en un banco -. Cameron se ha ido, pero tus recuerdos no se van a borrar así como así. Además, ¿crees que le gustaría oírte decir eso?

Negué, limpiándome las lágrimas.

- Eres fuerte, Cle - recalcó -. Y vas a salir adelante.

Podía salir adelante, pero tenía la certeza de que en mi vida iba a volver a amar a alguien como lo había hecho con Cameron. Y, desde luego, no volvería a ser la misma persona por mucho que lo intentara.

Había leído libros que aseguraban que el primer amor es el mejor y el que nunca olvidas. Siempre había creído que, bueno, enamorarte por primera vez sería como enamorarte por cuarta, pero no estaba segura de que nada pudiera igualar lo que sientes cuando el amor de tu vida te mira a los ojos.

Odiaba pensar que se había ido para siempre y que jamás le volvería a ver.

Escuché que todos repetían a la vez que descansara en paz. Kir me apretó más a ella.

- Ves a ver a Troy, nos quedamos con ella - escuché que decía mi padre.

Levanté la vista y vi a los dos. Se sentaron a mi lado en cuanto Kir se levantó.

- Le quiero mucho - susurré inconscientemente.

Nadie añadió nada, solo nos quedamos ahí hasta que se vació el cementerio y pude acercarme a su tumba con tranquilidad.

Cameron Thomas Mayer
10-01-2001/5-01-2022

En su foto salía más joven, seguramente no se había tomado más en los últimos años.

Repasé la gélida lápida con mis dedos y susurré que le quería. Deseé oírlo de vuelta, pero, evidentemente, no pasó.

Me subí al coche de Lewis, esperando volver a casa.

Nota de Autor:

Hola! Muchas gracias por haber llegado tan lejos. No sé qué más deciros, la verdad.
Espero que hayáis disfrutado este libro un montón, casi tanto como lo he disfrutado yo escribiéndolo.

Un besazo y mil gracias! <3

El libro de mi vidaWhere stories live. Discover now