CAPITULO 5

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–¡Ah! ¡Andy! Más rápido –

Él aumentó la velocidad de sus embestidas, chocaba su pelvis con las nalgas de ese pequeño cuerpo cubierto de pecas. Era la mejor sensación del mundo, los gemidos de Chucky eran música para sus oídos y cada grito era un deleite.

–¡Más! ¡Más! Agh sí, sí...–

La cama rechinaba, los sonidos obscenos era lo único que se escuchaba, la piel chocando y los gemidos de ambos, Andy sentía que moría, pronto llegaría al orgasmo.
























Una fuerte patada lo despertó.











Andy abrió sus ojos de manera rápida y con el corazón latiendo a mil, observó que estaba en su habitación y en su cama, todo había sido un sueño. Se alarmó al recordar lo que estaba soñando, él y Chucky... Sacudió la cabeza tratando de borrar esos pensamientos. Pero se volvió a alarmar al ver a Chucky dormido junto a él.

– ¡Pero qué!–

Rápidamente se tapó la boca al darse cuenta de la situación en la que estaba, Chucky estaba durmiendo junto a él y por ningún motivo iba a despertarlo ya que ESTABA DURO.

– Ésto no puede estar pasándome– dijo susurrando al salir de la cama con cuidado.

Se dirigió al baño a paso veloz, debía encargarse de su problema, ya se había excitado ayer al ver a chucky desnudo por primera vez y ahora por tener un sueño dónde ambos tenían sexo. Si no hubiera sido por la patada que soltó Chucky no se hubiera despertado y seguro hubiera despertado mojado.

Por otro lado Chucky seguía durmiendo plácidamente, era normal en él moverse mucho y lo de la patada no era de extrañar. Poco a poco fue sintiendo hambre y eso lo despertó, se confundió al no ver a Andy junto a él pero supuso que estaría haciendo el desayuno. Se bajó de la cama y se dirigió a la cocina pero no lo encontró ahí.

“Tal vez haya salido a comprar algo" pensó, fue a su cuarto y buscó entre las ropas que Andy le había comprado sus zapatos para salir a caminar, por su estilo de vida los últimos 32 años no estaba acostumbrado a estar mucho tiempo en el mismo lugar.

Salió, Andy salió del baño también y comenzó a preparar el desayuno ya con la mente un poco más despejada, hoy comerían tocino. Pasada una media hora se extrañó de que Chucky aún no despertara, fue a ver la cama y se sorprendió al no encontrarlo ahí, buscó en toda la casa y ni ratito del pelirrojo. Preocupado salió a buscarlo.

Chucky caminaba cerca de un bar, era un bar que no quedaba lejos de la casa de Andy por lo que no sería problema para sus piernas cortas. No sabía si entrar o no ya que no llevaba dinero y le había prometido a Andy no hacer ese tipo de cosas, observó el lugar pero no entró, siguió caminando otro poco, cada vez prestaba menos atención a su entorno por estar centrado en sus pensamientos.

– Maldito Andy, ya sal de mi cabeza –

Sintió ganas de orinar, buscó un lugar dónde poder hacerlo y vió un callejón desolado por lo que le pareció buena idea ir para allá a hacer sus necesidades. Mientras lo hacía seguía pensando en todo respecto a Andy, en lo bien que se había sentido dormir junto a él las últimas dos noches y en lo decepcionado que se sintió cuando no lo vió al despertar.

– Miren a quien tenemos aquí –

Chucky se asustó por un segundo, se subió el cierre y volteó a ver de dónde provenía esa voz, su piel plástica pudo sentir el miedo al ver a uno de los chicos que habían intentado violarlo hace apenas unos días parado frente a él.

– Pero si es el enano con un culote – dijo el chico acercándose a él.

Chucky sintió que su sangre y todos los engranes dentro de él se detenían, nunca le gustó admitirlo pero siempre había sentido cierta vulnerabilidad e inseguridad respecto a su tamaño, y más ahora que su cuerpo era casi humano y podía sentir perfectamente el dolor.

– Aléjate de mi si no quieres que te pateé el trasero, malito bastardo. – dijo levantando su dedo de en medio.

– El único trasero del que hablaremos será del tuyo, precioso – dijo el chico abalanzándose hacía él.

Chucky corrió y logró evitar que aquel mocoso lo atrapará, pero no contaba con que el muy hijo de puta le lanzaría una piedra, dándole justo en la cabeza cuando intentó correr y salir del callejón haciéndole caer y golpearse de cara contra el suelo, cuando iba a levantarse ya tenía al chico encima.

– Hoy serás mío – dijo el chico con malicia.

Prácticamente comenzó a romper su ropa, hizo giras su camisa y sacó sus pantalones de un tirón rompiendolos en el acto, al ver el pecho desnudo de Chucky le pareció raro no encontrar pezones, pero su mayor sorpresa fue al quitarle la ropa interior y no encontrar nada, ni un pene o vagina, nada.

– ¿Qué demonios?–

– ¡SUELTA ME MALDITO HIJO DE PUTA!–

Chucky se retorcía e intentaba liberarse del agarre del chico, gritaba a Damballa pero éste no respondía, estaba desesperado ya estaba desnudo y lo siguiente sería estar con ese mal nacido entre sus piernas. Lanzó una fuerte patada a la entrepierna del chico y logró liberarse, comenzó a correr lo más rápido que pudo pero fue tomado del cabello y arrastrado de vuelta al callejón y fue puesto boca abajo con sus manos en su espalda.

– ¡Ja! Quién lo diría... Eres un juguete sexual en todo el sentido de la palabra – dijo el chico con burla.

– ¡JURO QUE VOY A MATARTE! –

– Lo que digas, por lo menos tienes un buen trasero – dijo dándole una nalgada.

Chucky se sintió asqueado, el chico le dió la vuelta y ahora estaban cara a cara, el chico era rubio y sus facciones eran muy marcadas, nada parecidas a las de Andy, castaño y de rostro más redondo. Sintió como le besaban en cuello, una lengua se pase a por su clavícula y bajaba hasta su pecho. Se sentía asqueroso. Él no era Andy, no era su Andy.

Cerró sus ojos cuando esa lengua llegó hasta el único agujero que tenía ahí abajo.

Una nueva vida (Chucky x Andy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora