Shoto, el chico bonito y consentido de la mansión Todoroki, todos en esa casa lo sobre protegían en especial su hermano Touya, quien al saber que su pequeño hermano era un doncel estaba todo el momento saliendo con el y llevándolo a la escuela, prác...
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Al siguiente día la primera en abrir los ojos fue Momo, no fue por que no tuviera sueño ya que si estaba muy desvelada, pero se sintió extraña ya que sintió un peso extra en su cama.
Abrió los ojos con molestia pero en seguida se le fue el color de la cara al ver quien estaba con ella, ¡ERA KIRISHIMA!, ¿que hacía en su habitación?, ¿QUÉ HACÍA EN SU CAMA?.
Se tranquilizó un poco al ver que ambos estaban vestidos pero no dejaba de ser extraño.
Tenia mucho de conocer a el pelirrojo pero era con quien menos hablaba, el chico era muy agradable pero realmente jamás habían hablado más que un saludo.
Se levanto avergonzada, ¿qué rayos había hecho el día anterior?, solo recuerda a Shoto bailando sobre la barra y ella animándolo, ¿pero en que momento había entrado el pelirrojo a escena como para que estuviera ahí con ella?, se removió un poquito para poder pararse de la cama logrando despertar a el chico.
— ¿Yaoyorozu?. — Dijo mirándola con confusión.
— Buenos días.. — Contesto apenada.
El chico tardo rato en darse cuenta hasta que le cargo el gps cerebral y reacciono, no estaba en su habitación.
— ¡Hay!, ¡Lo siento!. — Se movió rápido tratando de no invadir el espacio personal de la chica causando que se cayera de la cama.
La pelinegra solo se rió.
— ¡N-no es lo que crees, lo siento, no quería hacerte sentir incómoda!, ¡lo que pasa es que ayer te pusiste muy mal y te tuve que traer pero ya cuando me iba te pusiste a llorar y realmente no sabia que tenias pero me preocupe mucho y entonces me quede contigo!. — Dijo desde el suelo preocupado.
— Tranquilo Kirishima-San, la que debería disculparse soy yo. — hizo una pausa tratando de no sonrojarse, que vergüenza eso no era algo que ella hiciera, ahora la imagen que tenía el chico de ella debería ser pésima — ¿me puse a llorar?. — finalmente volvió a hablar tratando de aligerar el ambiente.
— Emmm.. Si, y por el sentimiento que tenías creí que algo te había pasado o cualquier cosa pero ya cuando te tranquilizaste me dijiste que era y pfff~... — El pelirrojo trato de no reír al acordarse de la razón que Momo le había dado.
— ¿qué era?. — realmente no tenía razones para llorar así que lo más seguro es que fue algo muy estupido.
— Pff~ jajaja, tu.. jaajajaja.. tu dijiste que habías reflexionado a muy afondo sobre la vida de los conejitos árticos, que vivían en el frío, luchando por encontrar comida entre la nieve para que al final llegara un zorro y los comiera, en cuanto dijiste eso créeme que me iba a echar a reír, pero noté que te dió más sentimiento y lloraste más, no dejaste que me fuera así que me quede escuchando tus planes sobre adoptar a todos los conejitos árticos y llevarlos a tu casa hasta y supongo que eso fue hasta quedarme dormido..
