ⅪⅠ

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—¡Vamos, Mira!— chillo Antonio tomándola del brazo y arrastrándola con él en dirección del pueblo. Desde el desayuno de ese día no se había despegado de su prima evitando que vaya al pueblo sin el y rompa la promesa que realizaron ayer.

—Mañana de hermanos— se unió Camilo saltando y abrazando a los dos por los hombros.

—No— exclamo Antonio subiendo a su jaguar —.Es mi dia con Mira, solo nosotros— rasco la oreja de su jaguar quien soltó un leve gruñido a Camilo

—Si pasa algo te llamo rápido— dijo Mirabel desenredando algunos hilos sueltos que metió sin cuidado alguno en su susu*.

—Me quedaré en Casita, tengo que ayudar al tío Bruno para la presentación de esta noche— sonrió con malicia pensando en los giros dramáticos que daría a su historia compartida.

—Matan a Alejando y te encerrare en un montón de telas— amenazó medio en broma medio en serio.

Camilo solo sonrió con malicia y regreso a Casita a encontrar con tío Bruno.

—¡Vamos, Mira! Pico nos está esperando— enseño en alto al tucán y así ambos bajaron al pueblo.

No dio ni tres pasos por el pueblo cuando la llamaron por la primera casa rajada. Lo que le molesto es que era la misma casa que había reparado ayer.

—Vamos Toñito la casa está cerca de la plaza puedes jugar mientras trabajo.

—Te acompañare hasta que termines— declaró el niño bajando del lomo de su jaguar para que corriera libremente por el pueblo jugando con algunos niños.

—Verme coser es muy aburridooooo— intento convencer a Toñito para que se divierta y juegue.

—Me gusta verte coser— tomo de su mano y la guío hasta la casa necesitaba.

—Bien, pero si te aburres vas a jugar con tus amigos.

—Trato.

Llegando a la casa Mirabel saco algunos hilos y la aguja que usaba para reparar las casas.

—¿Estás feliz con tu don?— preguntó Mirabel empezando a hacer las puntadas.

—Demasiado— chillo Antonio jugando con los hilos que estaban en el susu —.¡Hable con las ratas de tío Bruno!

—Seguro se quejaron por que no les dejó jugar en mis telas.

—No-o, están felices de vivir en Casita, quieren mucho al tío Bruno, lo llaman el "Hombre Rata"- uso una voz más profunda para darle un toque misterioso.

Definitivamente el drama era de familia.

—También les encanta hacer las novelas...

—¡Mirabel!— dos pobladores llamaron interrumpiendo a Antonio, quien hizo un puchero por interponerse en su relato.

—¿Qué sucede señora Torres?— pregunto Mirabel dejando a un lado la aguja.

—El puente, querida— respondió la angustiada mujer —.Luisa ya lo saco, se encuentra en la plaza, esperamos que puedas repararlo antes del almuerzo.

—Por supuesto, termino aquí y voy directo al puente— contesto Mirabel sonriendo.

—Gracias, Mirabel, eres un sol— respondió el señor Torres que había acompañado a su esposa.

—No hay problema— volvió a prestar atención a Toñito que miraba curiosa el pequeño cuaderno de pedidos de Mirabel.

—¿Tienes que hacer todo eso?— preguntó volteando las diversas páginas, todas ellas de dibujos de vestidos, camisas, bordados, y diferentes prendas.

La Pequeña Costurera | Encanto AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora