𝘚𝘦𝘨𝘶𝘯𝘥𝘢 𝘷𝘪𝘤𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢 ― ┊TPN x Tú ┊ temporada 2

#4

El sol comenzaba a asomarse.

La niebla escasa poco a poco se iba desvaneciendo y dejaba a la vista un hermoso color naranja y azulino mezclado de tonos como carmesí, rosáceo y ambarino.

Las pocas estrellas que quedaban a los pocos minutos dejaron de ser visibles a los ojos de cuya chica se encontraba sentada presenciando todo a su alrededor.

No había dormido nada durante la fría, solitaria y oscura noche, pero tampoco era como si le importará.
No sabía que hacer, y su ansiedad de sobre pensar demaciado las cosas la carcomía siempre que debía resolver algo.
En este caso, sus emociones.

Había algo que la inquietaba. Algo que no la dejaba en paz.

La sensación de ser observada.

Día y noche lo sentía, pero nunca pudo descubrir que era lo que le provocaba aquel dichoso y molestoso sentimiento.

Suspiró con una fuerte y notoria pesadez.

Él estaría preocupado por ella, o talvez no. No le importaba en absoluto.

Podía estar preocupado, pero no llegaba al punto en el que iría a buscarla. Porque seamos sinceros, por mucho que aquel albino la amara, tenía cosas mucho más importantes que hacer. Él realmente quería hacer ese genocidio, y no estaba en sus planes preocuparse por alguien que probablemente estaba bien.
Y de cierta manera,
Se podría decir que le valía una mierda dónde andará por el hecho de que ella sabía defenderse.

El viento soplo su cabello y a los pocos segundos cerro sus ojos. Disfrutando del sabor a tabaco que aquel objeto le brindaba a su boca. Porque si, se drogaba. Quizás no tanto para llamarlo así, pero era una consumidora de diferentes sensaciones que le causaban placer por tan solo probarlos u olerlos.
¿Era malo? Sí, ¿Pero qué importa? De todas formas se moriría por la otra droga que le habían inyectado a la fuerza en Lambda, así que moriría de todas formas.

Lentamente el humo fue saliendo de sus labios hasta dispersarse completamente en el aire. Y luego de unos segundos, volvió a inhalar aquel cigarrillo de color rosa que ella misma pinto.

El sol ya estaba apunto de verse en su máximo esplendor, y allí fue cuando entendió que debía regresar. Por más que quisiera debía hacerlo. Ella también tenía sus propios asuntos. Quizás no eran como los del resto del grupo, pero para ella, seguían siendo importantes en su día a día de alguna manera.

Volvió a expulsar el tabaco y rápidamente se levantó. Voto el cigarrillo y lo piso fuertemente. Luego se marchó, no sin antes comprobar que estuviera completamente apagado y no provocara aunque sea un pequeño incendio.

No pasó mucho para que su presencia desapareciera de entre los árboles y arbustos de su alrededor.