Capítulo 23.

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On-jo

Tres meses. Han pasado ya tres meses. Después de que los militares nos encontraron en las vías del tren, nos rescataron, y nos trajeron a un lugar seguro, nos hicieron montones de entrevistas, preguntando por nuestro profesor de ciencias, nos pidieron que cooperaramos, pero todos nos negamos, estábamos enojados pues ellos mismos nos habían abandonado antes. Fuimos llevados a cuarentena y estuvimos ahí por varias semanas, ahora, las cosas iban mejorando.

En realidad no.

Era una noche tranquila en el Refugio, me acomodé la mochila en mi espalda y metí mis manos a los bolsillos de mi abrigo.

Caminé hasta llegar a la parte trasera de la base, saqué debajo de un bote una cuerda y la até a la vieja rejilla que estaba recargada en la pared.

–Esto es para recordarles el toque de queda – habló una mujer a través de los altavoces.

No le tomé importancia y trepé la rejilla, salté sin problema hacia el otro lado y empecé a caminar por la montaña alumbrando con la linterna de mi papá.

Minutos después llegué al improvisado monumento que había hecho junto a mis amigos, en él habíamos puesto listones con los nombres de nuestros amigos y familiares.

Fallecidos y desaparecidos.

También les habíamos escrito cartas y casi siempre veníamos a dejarles regalos y cosas que amaban.

Me agaché frente al árbol y saqué de mi mochila varias bolsas de papas fritas, después saqué una bolsa de dulces.

– Estos son para ti ___ – murmuré, acomodando la bolsa bajó el nombre de mi amiga – tus favoritos.

Me levanté y me alejé un poco, de mi abrigo saqué la etiqueta que Cheong-san me había dado antes de...

De que se fuera.

– Cheong-san – susurré tristemente.

Cada día lo extrañaba más.

A todos.

Levanté la mirada y a lo lejos algo más llamó mi atención, vi luces, en la azotea del instituto Hyosan.

Una fogata...

Donde sea que alguien encienda una fogata, nos vamos a reunir.

Recordé lo que había dicho meses atrás, cuando estábamos atrapados en la azotea.

___ y Nam-ra vinieron a mi mente.

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All of us are dead || Lee Su-hyeok. Where stories live. Discover now