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Pero no, no fue así.

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Los siguientes tres años se mantuvieron igual. Hablaban casi todos los días. Cada uno había formado su vida.

Él finalmente se había graduado y ahora era profesor, había conocido a Mina en un café, porque accidentalmente había derramado su bebida, tan típico de él. Ahora ambos vivían juntos y habían adoptado una mascota.

Vos habías encontrado finalmente algo que te apasionaba, la fotografía. Todos los fines de semana tus fotos se exponían en galerías e incluso a veces tenías que dar pequeñas charlas contando sobre tu inspiración al momento de las tomas. Ahí fue cuando conociste a Peter, un hombre misterioso y encantador que, sin saber quién eras, criticó la iluminación de una de las fotos. Y a pesar de que habían pasado el último año juntos, todavía seguía bromeando con las luces, solo porque en algún momento de su vida había tomado un curso online.

Todo estaba en armonía, todo marchaba bien, hasta que una noche, dos semanas antes de la fecha pactada, su aniversario, él llamó, y para ser franca, te preocupó.

-¿Namjoon?- contestaste.

-Hey, perdón por llamarte tan tarde ¿estás ocupada?- te preguntó.

-Para nada- le dijiste, sin saber lo que vendría.

-Genial, paso a buscarte, estoy en el puebo - y cortó.

¿En el pueblo? ¿Por qué volvería? Te mantuviste en la misma posición el tiempo que el tardó en llegar a tu hogar, el sonido de la bocina te trajo a la realidad.

Era él.

Abriste la puerta y lo viste bajar del auto, el uniforme delataba que venía de dar clases.

Te vió y corrió, tardó solo unos segundos para lanzarse sobre vos y darte un fuerte abrazo

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Te vió y corrió, tardó solo unos segundos para lanzarse sobre vos y darte un fuerte abrazo. Lo recibiste, se lo correspondiste, y ahí estaba de nuevo, esa punzada en el corazón. La misma que viniste ignorando siempre que te encontrabas en sus brazos.

-¿Qué haces acá?- te separaste de él y lo miraste a los ojos.

-Quería verte ¿salimos?-

-¿No preferís pasar? Es tarde, hace frío, y creo que preparo rico café- ambos rieron y él entró. Por Dios, como extrañabas su sonrisa.

Tomaron y bebieron en tu sala de estar. Divagaron, hablaron de muchas cosas y de nada a la vez. Él estaba... ¿raro? Suele tener una actitud tranquila, pero ahora lo encontraste extasiado, como si quisiera saltar por todo el lugar o salir corriendo. Aprovechaste el silencio que se creó en el ambiente y fuiste directo al punto.

quedándote o yéndote.Where stories live. Discover now