Capítulo O5

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Capítulo 5

Hermione, como era de esperar, lo estaba esperando.

Cuando Harry empujó la puerta para abrirla, la vio paseándose frente a la chimenea. Ella se volvió de inmediato para mirarlo.

—Sé que llego tarde, lo siento—dijo Harry, dejando caer su bolso junto a la puerta y quitándose los zapatos.

Cuando llegó al sofá, se dejó caer pesadamente y miró a su mejor amiga, todavía sin saber qué le iba a decir.

—Te ves mucho mejor hoy—notó Hermione, sentándose a su lado.—¿Sigues trabajando en la tarea supersecreta?

Harry asintió, preparándose para una larga velada.

—¿Has hablado con Ginny?

Harry asintió de nuevo y se preguntó si podría salirse con la suya y cortar la charla que sabía que tendría esta noche.

—¿Está molesta contigo?—Otro asentimiento.—¿Estás planeando hablar conmigo o eres un niño pequeño otra vez?

Harry puso los ojos en blanco.

—Aún estoy cansado, 'Mione. ¿Podemos hacer esto otra noche?

—No. Podemos hacer esto ahora. Odio verte así. Sabes que compartir tu carga te ayudará. Por favor, déjame ayudarte.

Harry estaba agradecido por tener amigos como ella. De verdad que sí. Pero ya se sentía mejor después de dormir y comer hoy algunos bocadillos, aunque se sentía culpable sabiendo que Voldemort estaba abajo, muriéndose de hambre, así que no estaba tan desesperado por un consejo como ayer. ¿Y qué si había tenido una epifanía horrible sobre la causa de su ataque de apatía que tenía desde hace doce años y había descubierto que la cura era su enemigo asesino que actualmente estaba encarcelado en secreto y maltratado diariamente, sancionado alegremente por el propio Ministro?

Mierda.

Harry plató su cara en el cojín de su sofá y murmuró contra la tela.

—No se que hacer.

Sintió la mano de Hermione acariciar suavemente su cabello.

—Lo sé. Es por eso que estoy aquí. Dime.

Harry gimió y empujó su cara más profundamente en el material.

—Se supone que no debo hacerlo.

Escuchó a Hermione burlarse.

—No me insultes, Harry.

Ella continuó acariciándolo y Harry se relajó en la sensación por unos minutos, su conciencia luchando contra su desesperación.

Podía aguantar, es verdad. Podía guardar un secreto por un hombre por el que estaba perdiendo el respeto, a expensas de un hombre que necesitaba su ayuda. Pero, ¿era ese realmente el mejor curso de acción? ¿Era moralmente correcto ser fiel a su trabajo por encima de sus propias convicciones? ¿Su propio sentido de la justicia? Sabía con certeza lo que Hermione respondería y Harry se sometió a regañadientes a esa lógica.

Con su rostro aún presionado firmemente contra los cojines, plenamente consciente de que estaba actuando como el niño pequeño que Hermione le había acusado de ser hace unos momentos, Harry habló.

—Voldemort está vivo.

Los dedos de Hermione se enredaron en su cabello y tiró de su cabeza hacia arriba. Él siseó de dolor, pero ella simplemente empujó sus manos contra su pecho y lo sujetó al sofá.

Si los caminos divergen [Harrymort]Where stories live. Discover now