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- ¿Y tú quién mierda eres? - encaro al alfa aun sonteniando con fuerza el brazo del omega quien trataba de hacer que le soltace tirando su peso al suelo intentando safarse del agarre que solo se hacia mas fuerte - ¡¡¡Ya dejate de mover joder!!! - su mano fue alzada mas no llegó al chico.

- Que lo sueltes - remarco cada una de las palabra haciendo fuerza en el antebrazo que sostenía entre sus manos.

- Ya ya ¡¡Ya!! - solto el brazo del omega que callo al suelo - ¡Sueltame joder! - llevo su mano al brazo soteniendo para sobar la zona afectada por el fuerte agare del alfa de aroma a cedro.

- Largo - miró fijamente al alfa de menor estatura quien salió corriendo del lugar - Estas bien Kai - se agacho mirando al omega quien aun estaba en es suelo con la cabeza baja intentando mantener las lágrimas en sus ojos.

- S s si - tartamudeo aun en el suelo.

- Venga arriba - le tendió la mano dejándola aun lado de la cara contraria esperando que este la viese y la tomase.

Cuando la suave piel del omega hizo con tanto con la contria una corriente eléctrica le pasase toda la mano recorriendo su cuerpo entero, más la sostuvo fuerte para ayudarlo a pararse. Kai mantenía su cabeza baja y un leve temblor en todo sus cuerpo.

Camino un poco aun sin soltar su mano para guiarlo mas este no se movió.

- Venga Kai ... hay que salir de este lugar - camino de regreso así el menro, tan solo un paso ya que aún sostenía su mano y no logro alejarse mucho de el - Ven te hará bien salir - se puso a su lado esperando hasta que el dio el primer paso, se empezaron a abrir paso entre el gran cúmulo de gente que rodeaba la salida hasta que por fin la puerta se dejó ver y la pasaron rápidamente.

Fuera del lugar el frío de la noche les pegó provocandoles un escalofrío, soltó la mano dejando que el omega caminara un poco más hasta que se apoyó en un poste con su mano para luego recargar su cabeza de igual manera.

Sin duda aquel estado del menor hacia a Sigurd un hoyo en el pecho, no tanto por aquel sentimiento de su lobo, que lloraba intentado salir para consolar al omega, era más suyo, el verlo en aquel estado, el era un alma pura y llena de bondad, pero la gente no era siempre tan buena como aquel bonito ser.

El viento iba en dirección a él llevando el aroma del joven que con la ausencia del resto de olores pudo identificar aquel horrible olor del hombre que antes le acompañaba, junto con el amargo y agrio aroma del omega que parecía desaparecer sobre el intruso.

Se acercó a pasos lentos y cuidadosos de ver la reacción del menor para saber cómo actuar, su pecho vibraba moviendo la chamara que llevaba, tan delgada ue dudaba que le proteges del frío que hacía, un leve sollozo llegó a sus oídos, mantenía su cabeza baja, con sus ojos mirando el suelo.

- Gracias - su voz lenta y baja que casi ni la llego a escuchar.

- ¿Por qué? - se detuvo a un paso de invadir lo que podria ser el espacio vital del joven de cebellos negros.

- Por salvarme - su voz sonaba con el mismo tomo mas también con un sonido que amenazan con que la fortaleza que tenía pronto se marcharía.

- No - Kai volteo a verlo con los ojos rojos y cristalinos aun con la mano en el poste pero la cabeza ya no - Perdoname tu a mi - una mirada llena de confusión le fue dirigida y su boca abriéndose para hablar mas le interrumpió - Perdona por no haber llegado a tiempo pequeño.

Las lagrimas se acumuladon aun mas en sus ojos y en un movimiento tan rápido que ni tiempo de reaccionar tuvo cuando el pequeño cuerpo del omega se encontraba escondido en su pecho con sus manos apoyadas en el. Poco a poco llevo su mano hasta que sus brazos lo cubrieron por completo apoyando su cabeza rubia sobre la contraria, oyendo como como el llanto se intensificaba y su temblores con el.
Una necesidad enorme de protegerlo me invadió completo, solté mi olor intentado que este calmase un poco el llanto  que empezaba a manchar mi camisa dándome suelta al sentirla más pegada a mi cuerpo, mas no importaba , por un momento ya no importaba donde estabamos, ni importaba el frío, ni la noche, ni que nos encontraremos en la contra esquina de donde se llevaba a cabo una gran fiesta, solo eramos los dos en medio de la mezcla de nuestrso aromas uno más agrio que el otro. Una vez el llanto paró y los temblores disminuyeron decidi hablar.

- Kai - sobo un poco su espalda aun si dejar de abrazarlo.

- Uhm - respondió aun con su cara recargada en el pecho cálido del norugo rodeándolo con sus manos.

- Hay que llamar a Michael - el menor negó - ¿Porque no Kai?

- No están en la ciudad - como que no está y ahora qué harían.

- Venga entonces te llevo al hotel - asintió separándose del alfa aún cuando no lo quería, al hacerlo se dio cuenta del frío que hacía queriendo volver a la calidez que le brindaban los brazos ajenos.

El camino al hotel era silencioso, el mayor no sabía qué decir y el menor ya no tenía ni fuerzas para hablar así que se mantuvieron en silencio todo el recorrido que tampoco duró tanto, cuando menos se dieron cuenta ya se encontraba estacionando el automóvil en frente del hotel.

- Piso? - pregunto el rubio una vez los dos estuvieron arriba del elevador, viendo como la pequeña mano alzaba cuatro dedos y luego un dos - ¿42? - asintió- Muy bien - marcó el botón con el número y esperó paciente la llegada al piso.

Dejó que Kai saliese siguiéndole hasta su habitación, se paró frente al número 1153 donde pasó su tarjeta abriendo la puerta frente a ellos.

- Kai - el menor volteoa averlo con los ojos rojos, las mejillas y la nariz con el mismo tono - ¿Tu teléfono? - tendió su mano frente al menor en espera del aparato que fue dejado por el menor con una mirada llena de confusión, tecleo algo rápido y luego se lo devolvió- Por cualquier cosa - le sonrió un poco - Buenas noches chiquitín.

Camino hasta el elevador donde marcó el piso 50 donde se encontraba su habitación, aunque más que un habitación era un departamento, dos cuartos una sala, con una pequeña cocina y un barra para comer.

Una vez dentro de su casa dejó su chamarra y las llaves en un pequeño perchero y a un lado las llaves colgadas, camino hasta hasta su cuarto donde se desnudo mientra caminaba hasta el baño donde se metió apenas el agua empezó a caer tan fría como se podía encontrar en los polos, más poco le importó dejando que con el agua se fuera todo aquel enojo y no cometiera la estupidez de ir en busca de aquel imbécil y partir la cara a bola de puñetazos, el agua poco a poco se fue calentando haciendo que el calor le hiciese volver al abrazo de hace algunos minutos, ¡Había abrazado a Kai! y se había sentido tan bien, su pequeño cuerpo que podía rodear fácilmente con sus brazos, sus ojos mirándole con aquella inocencia que sólo el poseía sin duda era algo que quería repetir, aquel sentimiento de ser solo los dos, su aroma a las olas de mar en calma, su suave cabello, simplemente era perfecto.
Tal vez esto sería un problema en su idea de no tener nada con el pequeño tanner.

Kaigurd - OmegaverseWhere stories live. Discover now