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Capítulo 4

"Así que..."

"¿Y?"

"Voy a tener una cita con Jisoo este fin de semana". Chaeyoung dijo tímidamente.

"¡¿De verdad?!" A pesar de sentirse tan vacía por dentro, Jennie estaba realmente feliz por su mejor amiga. Chaeyoung ha estado con la idea de salir con un médico durante un tiempo. Dijo que sólo tenía un corazón y que era muy frágil y que no estaba dispuesta a sufrir otro desengaño por la razón que fuera.

Lisa le contó lo miserable y sola que estaba Jisoo desde que rompió con Sojoo. Jennie pensó que Jisoo era buena a pesar del escándalo. Además, todo el mundo merecía una segunda oportunidad. Que Jisoo cometiera un terrible error no significaba que fuera una persona terrible. Ella le había dejado claro a la cirujana plástica lo de Chaeyoung y que no les presionaría a nada ya que no era asunto suyo, pero no se quedaría callada si el inofensivo envío de mensajes de texto volvía a ocurrir.

"Sí, parece divertida". Chaeyoung se sonrojó. "Quiero decir, no sólo busco diversión". Añadió rápidamente. "Todavía no estoy totalmente preparada para una relación seria - de compromiso total, pero no voy a jugar con ella. Juro que no lo haré".

"Confío en ti, Chaeyoung". Jennie sonrió tranquilizadora. "¡Diviértete en tu cita! Y no te olvides de mantenerme al día". Bromeó, ganándose la mayor sonrisa de su amiga.

Estaban discutiendo sobre los trajes, qué hacer y qué no hacer en la cita de Chaeyoung cuando el teléfono de Jennie sonó en la mesa. Ella miró el dispositivo, mirándolo por un momento y luego suspiró. Chaeyoung notó el cambio de humor en un instante.

"¿Qué pasa?" Preguntó.

"Lisa y yo nos estamos peleando y ella opta por beber de nuevo en lugar de solucionarlo conmigo". Jennie sacudió su teléfono después de leer el texto que su esposa envió. Apartó la mirada y se mordió los labios. "Yo creía que me quería".

"Jen, no digas eso". Chaeyoung dijo suavemente. "Tal vez ella necesita espacio".

"O tal vez ella finalmente se arrepiente de casarse conmigo porque no puedo dar lo que ella quiere".

"Vamos, la conoces mejor que nadie". Su amiga la consoló.

"Estoy cansada Chaeng", finalmente derramó una lágrima. "No puedo ser siempre la que se rinde y hace las paces cuando todo va mal. ¿Sabe ella siquiera cómo me afecta esto del embarazo? ¿Acaso le importa?"

"Jen-"

"Lo que sea". Jennie se secó las lágrimas. "Puede hacerlo a su manera. Tengo que ir al juzgado". Agarró su bolso y sus documentos mientras salía furiosa por la puerta, presionando cualquier sentimiento que se agitara dentro de su pecho.

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El sonido del pomo de la puerta hizo que Jennie levantara los ojos del libro que estaba leyendo. No se movió ni un centímetro aunque Lisa llamaba insistentemente a la puerta, rogándole que abriera. Se hacía la dormida. Por mucho que le disgustara la idea de dormir sola, estar en la misma habitación con Lisa era demasiado ahora mismo. Su esposa no estaba en casa anoche porque Sana se llevó a Lisa a su apartamento. Jennie estaba enfadada y tenía derecho a estarlo.

Era más de medianoche cuando la somnolencia por fin hizo acto de presencia. Cerró su libro, apagó la lámpara mala y cogió la manta para taparse el cuerpo.

Cuando Jennie se despertó unas horas más tarde, ya se sentía mejor. Encontró a Lisa con la boca abierta en el sofá, roncando ligeramente. Todavía llevaba puestos los calcetines. Había bocadillos por todas partes. La televisión seguía encendida, mostrando las noticias de la mañana.