CAPÍTULO 13

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  -Narrado por Alex-

Desde el momento en el que mi madre me contó que celebraríamos mi cumpleaños en la pequeña ciudad donde nací, no puedo parar de sonreír. Esa ciudad tiene muchos recuerdos que atesoro con mi vida, y más los momentos que viví junto con _____. Podría decirse que, aparte de que es familiar, es mi mejor amiga. Solíamos contarnos todo, incluso nuestros sueños.
 
- ¡Algún día me casaré con un hombre apuesto! Lo conocerás cuando seas mayor. Te lo prometo.

Y aunque no me lo crea, sí se volvió realidad. Pasé parte de esos años pensando que podría ser posible, pero a la vez no. No habría hombre que te mereciera de verdad, pero al parecer existía. Y pensé también, que esos años estabas contenta, alegre. Siempre que pensaba en ti te recordaba sonriendo, hasta que me enteré de tu realidad.

-Hace 3 años-  

- ¿Cómo que sucedió otra vez? - Mi madre estaba hablando por teléfono en el momento que estaba haciendo tarea. El grito que hizo antes de preguntar me interrumpió.

- ¿Qué pasa? 

- Sí... - Suspiró y apartó el teléfono de su oído. -, cariño, _____ está en el hospital de nuevo. No es algo grave pero-...

- ¿Es por lo mismo de la otra vez? - Mi madre quiso negarlo, pero terminó asintiendo con la cabeza. Apreté los puños. - ¿Está bien?

- Sí cariño, está bien. Solo necesita descansar y... Si llegas a pasar por algo, por favor avísame. No quiero que te guardes las cosas como tu prima lo hizo.

-Actualidad-

Me senté en la cama de _____ y me estiré. Estaba agotaba por pensar en los preparativos de la fiesta. Son muchos y pesados como para ser para una noche. Dios. Necesitaba un respiro ya. Por fortuna la fiesta es en tres días más. Por fortuna, _____ descansa ese día. Y posiblemente su pareja también. 

La pareja de mi prima. Reí al pensar en ello.

- ¿De verdad has elegido bien, _____?

( ... )

-Narrado por Tn-

Regresé a casa a altas horas de la madrugada -como siempre-, y cerré la puerta con llave al entrar. Al girar pensé que no habría nadie, y para mi sorpresa, estaba Alex, esperándome. Me llevé un susto al verla de repente en la oscuridad, y reí. Le saludé.

- ¿Y tu uniforme?

- Ah - Me quité la mochila y lo dejé en el sofá. -. No lo puedo traer a casa. Lo tengo que dejar en la pizzería.

- ¿Trabajas en una pizzería?

Callé a esa pregunta. Cuando llegaron les había comentado de mi trabajo, pero no en donde. No sabía si contarle que todas las noches voy a peligrar mi vida en esa pizzería, o mentir. Bueno, si conté que soy guardia de seguridad, tendría sentido, pero... No. Eran muchas mentiras por ahora. 

- Bueno, no hago mucho. Soy guardia de seguridad, ya sabes. La vigilo con unos compañeros por la noche para... evitar... desastres... - Ya no sabía qué decir. Algo en mí me pedía que no dijera algo de los animatrónicos.

- Oh, ¿y entre esos chicos está Vincent?

- Eh... Bueno...

En el camino que hicimos a la habitación, le fui contando un poco del trabajo, evitando las partes fuertes. También le platiqué del cómo pasó todo en la pizzería con Vincent, cómo me fue gustando... Les había platicado ya, pero ahora podía hacerlo con más detalle. Me encantaba platicarle cosas a Alex. Siempre la he considerado como mi mejor amiga. Como la amiga que nunca tuve. Se quedó atenta a lo que platicaba y opinaba a veces, hasta que me avisó que teníamos que dormir.

( ... )

Terminé de arreglarme para ir a la pizzería. Como siempre, iba con ropa que podía quitarme fácil. Había atado mi cabello a una coleta alta, y antes de salir y tomar mi mochila, mi madre llamó mi atención. Agarré la mochila junto con mis llaves y volteé a verla. Me sorprendí cuando vi a mi tía a su lado.

- ¿Pasa algo?

- Vas a trabajar, ¿no es así?

- Sí, y creo que me tardaré un poco. Voy a platicarle un poco a Vincent de la fiesta...

- Vincent... - Mi madre susurró su nombre molesta. Decidí no hablar más.

Mi tía se despidió de mí con la mano y mi madre hizo el intento, cosa que valoré mucho de ella. En el camino no paraba de pensar en la razón del por qué mi madre y mi tía tuvieron una conversación tranquila y sin gritos a estas horas. Además, ¿de qué podían hablar si a mi madre no le interesaba la fiesta? Me picaba la curiosidad, pero no podía enfocarme en ello. No ahora.

( ... )

Llegué a la sala de descanso acomodando la placa de mi nombre, y cuando alcé la mirada, noté que todo mundo estaba animado. De alguna manera me contagiaron la felicidad. Mike fue el primero que me recibió. Le respondí con la mano.

- ¿Y esta actitud tan positiva? - Reí.

- Hicimos cuentas, y vimos que llevas más de cinco días trabajando.

- Wow, ¿en serio? - No había contado los días. - ¿Y es algo bueno?

- Pues nadie había logrado sobrevivir tantos días sin quejarse o renunciando de inmediato. Nos sorprendiste, _____. Incluso al jefe.

Reí al escuchar a Jeremy. No era una cosa complicada el cuidar una pizzería si se es cuidadoso. Lo complicado es el cuidarlo junto con un montón de animatrónicos sedientos de sangre, y he de imaginar, que las personas al darse cuenta de ello y sobrevivir renunciaron en su tiempo. Si no fuera por Vincent, ¿por qué seguiría trabajando aquí? 

Al revisar la hora y fijarme que casi eran las doce, me despedí de los demás, les deseé suerte y caminé por los pasillos, fijándome una vez más en los dibujos pegados en las paredes, y de paso, revisando si no había algo fuera de lo normal.

Al llegar a la sala, di un par de golpes al marco de metal, y Vincent volteó.

- Llegas temprano, Bishop.

- Nada como llegar pronto a tu próxima muerte, ¿no crees?

Me acerqué para darle un par de besos. No sé qué hacía este hombre para dejarme ansiosa de besarle cada día más. Tomé asiento a su lado y hablamos un poco mientras preparábamos las cosas para esta noche. Todavía nos quedaban unos minutos libres. Revisé las cámaras mientras escuchaba a Vincent, y me detuve en 2B cuando le escuché sacar de tema de conversación la fiesta, preguntándome por los detalles. Le expliqué un poco.

- Lo único que tengo que remarcar es que tienes que ir en traje. 

- E imagino que tú en vestido, ¿verdad?

Sonreí.

- Posiblemente.

- Vamos, no es justo obligar a un hombre ir de traje cuando su acompañante no hace el esfuerzo de seducirle con un vestido - Hicimos contacto visual. Él sonrió. -. Al menos trata de sorprenderme a mí, y no a los demás. 

- Solo tengo ojos para ti, así que te tengo que sorprender a ti.

Me incliné para besarle. Nos separamos al escuchar la alarma, y nos sonreímos.

-Narrado por Alex-

- Elegiste al hombre perfecto, ¿o al perfecto farsante? - Alcé la mirada al techo cuando doblé una foto. Sonreí. -. Será mejor que disfrutes a tu novia por un tiempo más, porque no dejaré que también la engañes vilmente como lo has hecho con varias en tu pasado.

Nos volveremos a ver, Vincent Bishop.

El asesino del cual me enamoré | PurpleGuyxTnWhere stories live. Discover now