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El ragazzo ni siquiera se molestaba en tomar su desayuno.

¿Por qué habría de hacerlo?

Ese día sería el más especial de todos, finalmente se reencontraría con ella, con la que le quitaba el sueño. Se reencontraría con Apestulia.

Quizás el desayuno no tomaría, pero si se tomaría las siguientes dos horas en perfeccionar su ya bella imagen, a palabras de él.

Se colocaba sus mejores prendas de ropa, las más costosas, no se podía quejar, su madre siempre se había encargado de darle lo mejor de lo mejor a su único hijo, y eso no se limitaba a la ropa.

Después de peinar su cabello obscuro y perfumarse con su fragancia favorita, Ercole se sentía listo, mirándose al espejo con gran vanidad, no se podía negar.

Desde hacía un par de años, había perfeccionado su apariencia, ahora se atrevería a decir que era de los muchachos mas apuestos que toda Italia hubiese visto.

-Deberías sentirte bendecida, Apestulia, todo esto pronto será solo para ti-

No olvidaba el pedazo de papel que contenía la dirección de la pelirroja, esa pieza era importante, si la olvidaba sin duda sería el ser más idiota de todos.

Ahora si, estaba listo para realizar su cometido, la razón por la que se encontraba en esa ciudad tan nueva para el.

Al salir a la calle ahora era cuando podía apreciar la belleza de Génova, ahora entendía por qué Giulia regresaba a tal lugar, sin duda era una ciudad que resplandecía solo con la belleza de la chica que pronto sería su fidanzata.

Ercole no deseaba arruinar su imagen, así que en vez de caminar en busca de tal dirección, simplemente tomaría un taxi, además de no estar en los más grandes ánimos para perderse, esas cosas solo le ocurrían a los idiotas.

-¡Pareces tan animado! ¡Y creo que yo sé por qué!- Decía el conductor del taxi al observar la sonrisa de oreja a oreja que ese ragazzo tenía plasmada en su rostro -Esta dirección te llevará a donde una bella ragazza te espera, ¿No es así?-

-¡Ella es más que una ragazza! ¡Será mi futura fidanzata! ¡No cabe duda! ¡Me tiene como un loco!-

-¡La mejor de las suertes para ti, ragazzo!- Decía al último el taxista al percatarse de que ya estaban aproximándose al destino de ese chico que a decir verdad parecía tener una posición económica bastante buena como para andar dentro de un simple taxi.

-¡La suerte es para los perdedores!- Exclamaba Ercole una vez más antes de descender del auto no sin antes pagarle con un billete de alta nominación al conductor -¡Quédese con el cambio, hoy nada podría arruinarme este día!-

Era así como aquel conductor recibía el dinero con una sonrisa, agradecido con la vida por haberle dejado como cliente a ese muchacho rico.

-Así que aquí es donde vive Apestulia...no lo negaré, pensaba que sería en un lugar miserable, pero esto no está nada mal- Se decía a si mismo el azabache mientras observaba la calle limpia y llena de vida, gente pasaba por ahí al igual que varios autos, todo parecía indicar que Giulia vivía en una zona bastante acogedora.

Ercole se preguntaba si Apestulia y su madre se encontrarían siquiera en casa, la cual parecía estar bastante silenciosa, a los estándares del chico quien suponía que al igual en Portorosso, la pelirroja era tan escandalosa cómo siempre.

-No pierdo nada con tocar la puerta, hice todo este viaje solo para verla...- Se acercaba hacia la
puerta para comenzar así su plan de conquista bastante complejo, tenia varias opciones por si alguna no resultaba, con Apestulia todo era tan inesperado.

Buscándote Entre Estrellas ✨ Ercole x Giulia ~ Giucole Donde viven las historias. Descúbrelo ahora