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—Pidan lo que quieran.

Los gemelos estaban mirando a su alrededor. Habían primero acompañado a los hermanos Nie a la posada donde se estaban quedando, para que Nie Huaisang se cambiara de ropa, luego fueron llevados a uno de los restaurantes grandes de la ciudad. En estos momentos se encontraban en un cuarto privado en el segundo piso, y realmente se veían fuera de lugar.

Todo aquí era caro y brillaba de lo limpio que estaba, luego tenías a los hermanos Nie bien vestidos, y allí estaban ellos, con ropas viejas, algo pequeñas, sus cabellos desordenados y piel bronceada.

Los gemelos se miraron entre sí y con una sola mirada supieron lo que debían hacer. Pedir toda la comida que nunca en sus vidas podrian comer por su cuenta aunque tuvieran dinero porque no los dejarían entrar debido a su apariencia.

Pronto la mesa estuvo llena de platos elaborados, muchos de ellos con carne, algunos pasteles también. Los gemelos estaban prácticamente salivando.

—A-Ying, A-Yan, coman, todo es delicioso, vamos— los instó Huaisang.

—Tanta carne...— Wei Ying murmuró, pero claramente fue escuchado por Nie Mingjue, quien frunció el ceño y miró a su hermano

Solo había sido alrededor de una semana que estuvieron separados, pero Huaisang se veía un poco más delgado, aún así estaba mucho mejor que los gemelos que por poco y parecían huesos envueltos en tela.

—Solo coman sin contenerse, lo que sobre pueden guardarlo y llevarlo de regreso.

Al escuchar esto los gemelos casi olvidan como respirar. Creyeron que tendrían que comer todo aquí hasta casi reventar con tal de probar un poco de todo, esto era mucho mejor.

Wei Yan comenzó a servir algo de comida en el plato de su hermano con rapidez antes de sacar para ella misma, mientras inspeccionaba los platillos y veía cuáles podía intentar replicar, fijándose en los ingredientes y sabor.

—Si compramos más especias podríamos hacer esto— comento Wei Yan mostrándole a su hermano uno de los platillos.

—Mm, compraré especias para ti, de todas formas tu cocina es mejor que algunos de estos platillos.

—Solo lo dices porque te conviene— respondió inflando las mejillas pero dejando que estas se tornaran ligeramente rojas.

Wei Ying río. —¡No miento!

—¡Solo come!— lo calló obligándolo a comer un Jiaozi.

—¡A-Ying tiene razón A-Yan!, ¡Tu comida es de las mejores! Aunque das miedo manejando un cuchillo.

La niña se río. —¡Hay que tener fuerza con el cuchillo o no atravesará los huesos!, aunque me da pena matar animales, es necesario comer, no puedo dejar que Gege muera de hambre, el es quien cuenta las historias, necesita energía.

—Especialmente después de que tenemos que subir a la montaña a colocar trampas.

—Si, desperdiciaríamos nuestro esfuerzo, ahora deja de hablar y come, después de comer arroz solo para el desayuno esto no podría ser mejor.

Al escuchar eso Mingjue miro a su hermano con pánico intentando confirmar si las palabras de Wei Yan eran verdaderas. Huaisang simplemente asintió, el no se atrevía a quejarse, en realidad habían comido bastante bien toda la semana, pero por acompañar a Huaisang a la tienda de aves y a dar una vuelta por el estanque a ver si podían sacar peces, los gemelos olvidaron comprar verduras para el día siguiente, así que en un intento de improvisación Wei Yan frió el arroz con manteca, un poco de salsa de soya y la última cebolleta que quedaba en la cocina.

The direction of lightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora