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Louis besa las mejillas de su bebé y sopla un poquito, una linda sonrisa se forma en el rostro de Atenea. La primera vez que la vio sonreír fue un día hermoso, tomó cientos de fotografías y en todas una sonrisa destentada y un par de hoyuelos en cada mejilla es lo que brillan.

— ¿Por qué Harry demora tanto? — pregunta Molly.

— Supongo que trata de alargar el tiempo, no quiere que Tea salga de casa — comenta Louis con una sonrisa burlona que trata de ocultar su propio temor.

El celo de Louis es hoy, ha coordinado con su madre para que se haga cargo de Atenea y la cuide por unos dias pero Harry estaba reacio y su lobo aún más, no concebían la idea de que su cachorra salga del nido pero es necesario, no podrían cuidar de su omega en celo y de su cachorra de 3 meses al mismo tiempo.

— Pobre — dice Molly — Es la primera vez que estará alejado de su cachorra ¿Cómo te sientes tú?.

— Un poco preocupado pero es lo que debemos hacer, no pienso descuidar a mi cachorra por estar pensando en sexo loco.

— Demasiada información hijo — dice su madre

Louis sonríe y justo en ese momento Harry entra a la sala, tiene una pañalera en la mano y un ceño fruncido en el rostro, luce adorable para ser un alfa de 30 años.

— Todo lo que necesitarás está en la pañalera — le dice Harry a su suegra — También te envié un mensaje con los cuidados que necesita, sus horarios de alimentación y sueño, incluso te envié un video sobre cómo cambiar un pañal.

— Harry — dice Molly — Crie a 5 hijos, se cómo cambiar un pañal.

— Nunca está de más prevenir — el alfa se encoje de hombros, deja la pañalera en un sillón y toma a su cachorra de los brazos de su madre.

— Sin juegos sucios — le dice Louis — Ni pienses esconder a Tea, no seas tonto.

— No iba a hacerlo — se defiende el alfa — Solo quería despedirme.

Louis lo mira a los ojos y sabe a qué ha sido descubierto pero su amado omega lo deja pasar asi que se dedica a mecer a su cachorra y arrullarla para que duerma y no llore cuando se vaya, la sola idea le da ganas de llorar a él.

Media hora después Molly se va con Atenea y Harry solo puede ver como el vehículo se aleja y tiene ganas de correr y detenerla pero también sabe que tiene que cuidar a su omega que en unas horas estará en celo. No han tenido sexo desde que sus cachorra nació.

Se dedica a revisar la nevera por tercera vez y asegurarse de que tenga las provisiones necesarias, mira si tienen muchas sábanas limpias, pone una caja de condones en la mesita de noche. Louis toma anticonceptivos pero no quiere arriesgarse, han hablado y decidieron que Tea es pequeña y quieren disfrutar un poco más de ella antes de traer otro bebé al mundo.

Louis está en su estudio, avanza un poco de trabajo ya que no quiere que se acumule. Es ahí cuando lo siente, el calor se esparce por su cuerpo y un gemido bajito se deja escuchar por el lugar, en cuestión de segundos Harry aparece y sus ojos fluctúan entre el verde y el rojo. Un puchero se forma en los labios del omega y levanta los brazos exigiendo que su alfa lo cargue.

— Mi precioso Omega — gruñe Harry acercándose como un cazador a su presa.

— Alfa — se queja Louis.

Harry llega a su lado y lo levanta por los muslos, Louis enreda sus piernas en la espalda baja de su alfa y esconde su rostro en el cuello de Harry, muerde suavemente la piel de allí.

— Compórtate — dice Harry — Quiero follarte en nuestra cama y no en el escritorio.

Este par de meses han sido más fáciles para él controlar a Darkhor, asi que su lobo tendrá que esperar su turno para follar con su omega, este es el momento de Harry.

VerdâtreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora