El Omega del Yakuza 8

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Peón de Rey


Alphonse recibió la noticia con tranquilidad, toda aquella operación secreta de enviarle un mensaje a los Yakuza tenia de inicio sus riesgos, más cuando tanto él como Luciano entendieron la importancia de llevar el mensaje "en persona" no por una simple llamada telefónica.

El mismo se lo advirtió a Aoyama a modo de trágica profecía que correría peligro, pero a diferencia de todos en su familia, sabia de lo que su sobrino era capaz de hacer y lograr.

Había nacido como un Omega, pero en el rango más bajo registrado, siendo casi un Beta, tan era así, que a sus 25 años jamás había tenido su ciclo de celo y sus feromonas eran casi imperceptibles.

Incluso le habían arreglado citas vigiladas con Alfas dominantes estando en celo para ver si sus feromonas reaccionaban o si su celo aparecía de milagro, pero no, con el tiempo la familia lo consideraba como el miembro que pasaría inadvertido y sin lograr formar una familia.

Pero su tío, el mismísimo jefe de la Unione Corse sabía que su sobrino fuera de toda la parafernalia de moda y modales de príncipe que mostraba a todo el mundo, era un hombre tremendamente inteligente, agudo de pensamiento y una bestia política usando un elegante disfraz de una tierna oveja.

Supuso que, aunque fuera en esos momentos un rehén de Shigaraki, usaría esa situación a su favor, también que su captor no sería tan estúpido como para lastimarlo, eso significaría declarar abiertamente la guerra a la Unione Corse y si previamente había solicitado su ayuda y aprobación, supo que lo necesitaba más como una moneda de intercambio, como un peón de rey en su malsano plan de hacerse con el poder de toda la Yakuza en Japón.

Shigaraki era tan inteligente como para saber que, si lo retenía en Japón, no habría forma de que los jefes de las mafias a última hora se rehusaran a asistir a la cita que tenían pactada en un mes.

Sabía que por más ajenas que fueran las mafias extranjeras, verían aquel "secuestro" como una clara advertencia de que podía hacer eso a cualquiera, Shigaraki al parecer iba en serio para obtener su objetivo y era demasiado pronto para que hicieran cualquier movimiento.

En el arte de la guerra, la paciencia silente es una magnifica arma, mucho más efectiva que la agresión violenta, el mismo sabía muy bien que debía de esperar y ser tremendamente cauteloso.

Lo primero que hizo cuando All Might le llamo informándole de la situación fue empezar a idear un plan para asegurar la seguridad de Aoyama, después cuando Shigaraki en persona le llamo para decirle que su amado sobrino se quedaría como su huésped de honor hasta que él y los demás jefes llegaran, ya estaba preparado, agradeció el noble gesto y se ofreció a hacerle una gran transferencia a su cuenta bancaria para que cualquier gasto que hiciera Aoyama estando bajo su cuidado no fuera inoportuna.

-Monsieur Shigaraki, me apena que siendo un hombre tan ocupado tenga esta situación de cuidar de mi sobrino, me conmueve su corazón generoso de sobremanera. Pero efectivamente, él deseaba mucho conocer la patria de su padre. Haré más ligera esta carga enviándole por adelantado los gastos que Aoyama vaya a tener. No aceptare un no por respuesta.

Al final Alphonse envió 100 millones de yenes a la cuenta de Shigaraki, casi 1 millón de euros, pero era una cantidad minúscula con tal de asegurarse que su sobrino por un mes iba a vivir con tranquilidad y sin altercado alguno.

Ya haría cuentas después con Shigaraki.

Definitivamente esto se lo cobraría muy caro.


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