Capítulo 23

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La gran sala estaba terminada. Las estanterías de cerezo llenaban las paredes desde el suelo hasta  el techo. Habían frotado aceite de Tung en la rica madera , con lo que mostraban un color vivo y natural de gran belleza.

La ventana se había instalado y estaba completa. Incluso la chimenea de piedra había sido limpiada y borrado todo rastro de la pintura blanca hasta que cada piedra lanzaba un guiño y brillaba a la luz del sol.

La chimenea pedía ser encendida disfrutando de la función para la que fue
construida. Pero no encontré ningún placer en la terminación del proyecto. Para mí, marcaba el final de mi breve relación amorosa con Camila. Y así, la chimenea se quedó fría, y la sala vacía.

Tanto Dinah como Normani habían venido en mi rescate en las semanas que siguieron al final del divorcio de Camila. Ambas hicieron todo lo posiblepara ayudarme a que me olvidara de Camila y siguiera adelante con mi vida.

-"Deberías considerar la posibilidad de volver al derecho de familia, Lauren. No es posible que sea feliz trabajando en ese lugar." -Normani tomó una zanahoria y se la metió en la boca, haciéndola crujir ruidosamente.

Ella y Dinah estaban en mi casa, donde nos pasamos el día haciendo barbacoas y descansando sin hacer casi nada.

-"Oh, Normani. No sé." -La idea de cambiar de trabajo después de todo lo que había sucedido en los últimos meses me resultaba agotadora.

Normani y Dinah compartieron una mirada de complicidad entre ellas.

-"¿Qué?" -Les pregunté a las dos, mis ojos yendo de una a otra.

-"Ella tiene razón, Lauren," -Dinah afirmó -"Lo odias."

Rebusque en mi ensalada hasta que encontré un tomate. Me lo metí en la boca y lo mastique lentamente. La última cosa de la que quería hablar en ese momento era de mi trabajo.

-"Ambas tiene razón"-, les dije.- "No me gusta
trabajar allí. No me gusta el hecho de que estén estafando a los clientes a troche y moche y que aplasten a los que consideran insignificantes."

Cogí un trozo de apio y escuché su satisfactorio  crujido al meterlo en mi boca.

Ambas estaban mirándome, esperando a que tragara.

-¿Y?"- Preguntó Normani.

-"No estoy lista para hacer un nuevo cambio, Normani. Solo el pensarlo me agota."- Las miradas en sus rostros me dijeron que no estaban convencidas. "Además, no sé lo que haría."

-"Eso es fácil. Vuelve al Centro."-Miré con fuerza en dirección a Normani.

- "Hemos tenido esta conversación antes, Normani. ¿Sabes por qué me fui y que por eso no voy a volver."

-"Lauren".- Dinah estaba inclinada hacia adelante, con sus ojos suaves buscando los míos. -"Te tienes que dejar de culpar a ti misma por perder la custodia de Billy. No fue tu culpa, y las cosas han ido bastante bien para nosotros desde entonces."

Dinah y yo nunca habíamos hablado de lo que sentía por perder su caso. Incluso cuando abruptamente había cambiado de trabajo, nunca había hablado con ella de los motivos.

Todo lo que podía hacer era mirarla.

-"Tú confiaste en que te ayudaría en el momento más  importante de tu vida, y fracasé",- le dije.- "¿Cómo puedo dejar de pensar en ello? ¿Cómo puedo fingir que nunca sucedió?"

-"Porque tienes que hacerlo",- fue su respuesta.-"Nunca te culpé por lo que pasó. Nunca he pensado, ni por un momento que no hiciste todo lo que pudiste para obtener la custodia de Billy."- Ella se inclinó sobre la mesa y me cogió la mano.-"Tu no nos fallaste, Lauren. El sistema lo hizo. El
juez puritano que estaba sentado en ese banco no escuchó una sola palabra de lo que dijiste. Lo único que le importaba era que yo soy lesbiana. Tenía tomada su decisión antes de que el caso se iniciara ".

Segreti del PassatoWhere stories live. Discover now