IV

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Pasaban los días, las semanas y ya habían pasado dos meses desde que se mudó ahí, el trabajo le iba bien, estaba feliz en la cafetería aunque de verdad pensó en comprarla y convertirla en una librería/cafetería para que la gente pudiera sentarse a leer una buena historia, como a él le gustaba hacer. Pero no quería hacerle eso a las personas que tan bien lo acogieron ahí desde el principio, además debía mantener un perfil bajo, no podía ir presumiendo de que poseía más dinero que todo el pueblo junto. Todo estaba tranquilo en ese lugar, la gente se familiarizó con él y lo trataban bien, a veces se confundían pensando que era la pareja del rubio con el que vivía, esto solo le hacía gracia al pelinegro. Si tan solo supieran que uno de ellos odia al otro. Y eso que Kurapika lo respetaba manteniendo su venda puesta mientras mejoraba notablemente su estado de salud, le cocinaba, no dejaba que se levantara de la cama para nada, este siempre le decía que esperaba poder compensar todo el tiempo que había estado a su lado, que lo sentía por ser una molestia y una carga. A Chrollo le sorprendió tanto ver sonreír a su nuevo compañero de casa la primera vez, descubrió que era una persona amable en realidad, justo como lo había pensado alguna vez imaginando como sería, compartían sus gustos entre ellos, se iban conociendo cada vez más. Aunque claro, todo eso porque pensaba que era Ajax.

Todas las noches Lucilfer le leía un par de páginas de algún libro que tuviera el rubio en la estantería estrechando más así su relación. Después de ese momento compartido, Chrollo escribía un diario, anotando las cosas que le pasaban durante el día y como se sentía. Mentiría si dijera que no extrañaba un poco a sus compañeros pero lo que no echaba de menos era su vida criminal, había estado dándole vueltas a eso y por nada del mundo quería volver a lo que era antes, es más, tenía miedo de que contactaran con él para llevarlo de vuelta al Ryodan, pensaba que ellos no entenderían el cambio de vida que quería dar. No quería irse, no cuando era tan bonito el ser cuidado por alguien, allí lo saludaban, le regalaban comida y sonrisas, incluso su jefe le ofreció un libro después de enterarse que le gustaba la lectura. Y él también cuidaba de alguien, ese pequeño Kurta que tanto odio le tenía a su verdadera persona. Aquí se encontraba, otra noche más junto a él.

- Me gusta tu voz - habló de repente el rubio

- ¿Por qué? - el pelinegro rió

- No sé, es suave y serena, me tranquiliza. Además cuando lees de verdad siento que me meto dentro del libro

- Pues... gracias

- ¿Puedes cantar?

- En realidad no suelo hacerlo pero podría probar algún día

- ¿Cantarías para mí?

- Encantado - todo quedo en silencio, hasta que de nuevo el más pequeño lo rompió

- Oye... ya estoy mejor de salud

- Sí ya te veo, me alegro

- Debería quitarme esto de los ojos y empezar a hacer vida otra vez

- Yo... no estoy preparado para que me veas pero estoy de acuerdo en que vuelvas a salir - Kurapika soltó un suspiro pesado al oír esas palabras

- Vale, me la pondré antes de llegar a casa y saldré cuando tú me digas que estás escondido o algo

- Gracias por entenderme

- Sí - bostezó - Buenas noches Ajax

- Buenas noches...

Diario de Chrollo

Últimamente me siento raro. Tengo ganas de que Kurapika me vea pero sé que si eso pasa terminaría en desastre. A veces se sonroja, me emociono como un tonto aunque seguramente el sonrojo sea por la fiebre, le queda bien ese matiz de color en su blanca piel. Es un chico dulce y bello. Si tan solo no hubiéramos masacrado su clan, ¿nos habríamos conocido si quiera? Igual si eso hubiera pasado no anhelaría tanto su compañía cuando estoy en el trabajo, no me sentiría lleno cada vez que entro por la puerta de casa y lo escuchó decir "Bienvenido a casa Ajax", Ajax, maldito nombre que me separa de la realidad que vivo. Muchas veces me imagino como sería que él dijera mi nombre de verdad con el mismo cariño con el que dice este falso alias que me inventé. Da igual, hay que ser realista y poner los pies sobre la tierra, en el caso que yo desarrollara sentimientos mayores por él, esto no sería posible, él me odia. Soy consciente de que han pasado dos meses pero no porque me late el corazón tan fuerte por él, será porque veo que es todo lo contrario a mí. Soy un pecador y él es un santo. Ha sufrido en su vida y sólo me puedo culpar a mí mismo. En fin, ya va siendo hora de que me acueste, creo que mañana haré una ensalada de macarrones para comer.


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¿A quién le gusta la ensalada de macarrones?jajajaj

Espero que les esté gustando, gracias por el apoyo🤗💖

Si tienen alguna petición de historia o lo que sea no se corten en pedirla, hasta la próxima🥰

Lo que empieza mal - ChrolloxKurapika - KurokuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora