❝Capítulo 4❞

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Camilo Madrigal al fin había encontrado a su pareja perfecta, esa noticia voló por todo el pueblo durante la mañana de ese Lunes.
Pero ahora el misterio era, ¿quién es esa chica?.

—Soy yo —alzó la voz una fémina.

—¡No!, ¡soy yo!.

Eso y más podía escucharse en la escuela completa, y las chicas sólo podían esperar ansiosas la llegada de aquel joven.

—Todas las chicas están como locas —_______ miró todo el lugar—. Por favor no te vuelvas así —le habló a su prima.

—No lo haré —sonrió.

Los gritos se detuvieron cuando lo vieron entrar, el gran Camilo Madrigal con una mirada seria como siempre junto a una leve sonrisa, todos fijaron su vista en él pero aún así sólo se limitó a ir a su salón correspondiente.

—Ja, así que quiere hacerse el interesante —la rubia lo miró aburrida.

—O sólo quiere mantenerse misterioso —sonrió—. Es atractivo.

________ arrugó su cara, pero no podía negar lo que dijo su prima, —Vayamos al salón.

María asintió y comenzaron a caminar al lugar mientras mantenían una conversación sobre temas triviales.

Al entrar cada una fue a su respectivo asiento, los cuales estaban juntos.

—¿Qué es esto? —_________ se acercó a su asiento.

Tomó una pequeña hoja que estaba sobre su banco, era en forma de una carta. Más bien, era una.

La extendió para poder leerla. Lo hizo rápidamente y su rostro se puso pálido, volvió a leerla para rectificar lo que tenía plasmado.

—Pero... —sus ojos estaban tan abiertos que sentía que casi podían salirse.

—¿Qué es? —María se acercó por detrás.

_________ estaba petrificada. Al notar eso, la castaña tomó el papel de sus manos y leyó.

—¡¿Qué?! —alzó la voz.

Las personas que estaban ahí voltearon a ver de inmediato a las chicas.

—¿Pero cuándo? ¿cómo? —María se veía confundida.

—Yo...¡no lo sé!.

—Así que Camilo se fijo en ti —dejó caer su cabeza hacia atrás.

Al oír eso, todos se acercaron a ellas y comenzaron a rodearlas. Los gritos y el desorden se hicieron presentes, comenzaron a empujar a ambas para poder tener aquella carta entre sus manos.

—¡Oigan! —gritó una voz femenina—. Dejen de comportarse como animales —Cassandra se abrió paso entre todos.

Fue junto a su amiga castaña y le quitó la carta de sus manos.

—Señorita Márquez... —se oyó como inició y susurró lo demás—. En conclusión, me encantaría invitarla a un paseo ¡¿esta tarde?! —habló exaltada.

Esta volteó a ver molesta a la rubia, pero volvió su mirada a los demás.

—Es todo, fuera —dio una mirada detestable—. ¡Vayan a sus lugares, el chisme terminó!.

Todos abuchearon pero hicieron caso, al final de todo, ya sabían ahora quien era la elegida por Camilo.

Cassandra tomó del brazo a ________ y la sacó a jalones de la habitación, todo con muchísima fuerza y bajo la mirada de todos, los cuales simplemente prefirieron no intervenir, además de que era algo que no les daba tanta importancia.

Real you [Camilo Madrigal] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora