noche dolorosa +18

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Era de noche, una noche fría y lluviosa. Donde mi pequeña y yo veíamos una película en su habitación, debajo de las gruesas mantas.

La verdad no le estoy prestando mucha atención a la película, prefiero concentrarme más en ella, en abrazarla y en dejar besos por su cuello.

Sentí los dedos de Betty enredarse por las hebras de mi cabello, mientras fui subiendo hacia su boca y nos empezamos a besar.

Su lengua entro en mi boca robándome un suspiro y mis manos viajaron su cintura para acercarla más a mi cuerpo.

Al terminar nuestro beso, acarició su mejilla y miro sus lindos ojitos verdes.

— que linda que eres, princesa — ella sonrió y escondió su rostro en mi cuello.

Yo rodee su cuerpo con mis brazos y la acomode para que quedara encima de mi cuerpo. Ella levantó su cabeza y me miró con una sonrisa traviesa...

— ¿Podemos jugar, papi?

— ¿Jugar a que?

Sus mejillas tomaron ese lindo color carmesí.

— tú sabes papi... Ese juego donde ninguno de los dos tiene ropa y ambos nos sentimos muy bien.

— oh, ese tipo de juego.

— ¿No quieres papi? — ella formó un puchero con sus labios y yo la bese dándole a entender que si.

Nuestras lenguas se juntaron y empezó un juego entre ellas. Deslice mis manos hasta su trasero, donde apreté con fuerza sus nalgas y empece a impulsarla para que moviera sus caderas sobre mi miembro.

Mis dedos ágilmente viajaron por su columna hasta llegar al broche de su sostén y lentamente baje las tiras por sus brazos para poder ver sus lindos pechos.

Hice que rodaramos en la cama, quedando yo encima de ella y baje mis besos por su cuello hasta llegar a sus pechos.

Dejé algunas marcas en su piel, se que no le gustará cuando las vea pero a mí me encanta hacérselas. Chupe su pezón izquierdo y jugué un rato con él, para luego hacer lo mismo con el derecho.

— papi — escuche como jadeó cuando mordí su pezón.

Una sonrisa se formó en mis labios y decidí apartarme... Tengo una idea.

— ¿A donde vas papi? — preguntó sentándose en la cama.

— desnúdate totalmente, princesa.

Ella asintió y yo me senté en el pequeño sofá que tenía en su habitación.

Observe con deseo como se deshacía de las pocas prendas que quedaban y sentí como mi miembro se endureció más al verla totalmente desnuda.

— te daré el permiso de tocarte pero no podrás correrte hasta que yo diga ¿De acuerdo, pequeña? — ella asintió — palabras Betty.

— si, papi.

— muy bien, abre esas lindas piernas, quiero ver.

Ella obedeció y abrió sus piernas frente a mí, su mano bajó por su abdomen hasta llegar a su humedad, donde mojo sus dedos con sus líquidos y empezó a frotar su clitoris en círculos.

Luego humedeció los dedos de su otra mano con saliva y metió dos de ellos en su interior. Sus movimientos eran rápidos, logrando que sus ojos se cerraran y sus labios se abrieran dejando salir algunos gemidos.

— abre los ojos — dije con mi voz ronca.

Ella abrió sus ojitos y miro directo a los míos logrando que mi miembro se  moviera dentro de mi pantalón.

One Shots - BugheadWhere stories live. Discover now