Celebrando

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Entramos en la discoteca de moda.

Está llena de gente, y hay una cola horrible que incluso dobla la esquina, tenemos suerte de que el portero sea un chico que va a nuestra misma universidad, de no ser así, llegaría la medianoche, y aún estaríamos en la cola.

Nos abrimos paso entre los cuerpos hasta llegar a la barra.

—Deberíamos de pedirle a Vic que nos cuele en la zona VIP. —Me comenta Natalia con los ojos puestos en la zona VIP, le da un sorbo a su bebida.

Sigo su mirada y asiento.

Allí hay mucha menos gente, y se ve todo más relajado y tranquilo, comparado con lo que se despliega delante nuestro, cuerpos rozándose y tocándose sin conocer el concepto de espacio personal, parejas que se besan, y amigos que ríen escandalosamente.

—¿Sabes? Iré a hablar con él. —Dice mi amiga mientras pone rumbo hacia donde se encuentra Víctor, el chico que estudia con nosotras.

Diez minutos después vuelve con dos pases en la mano.

—No deberías aprovecharte, de verdad le gustas a ese chico. —Murmuro, aunque estoy bastante contenta de que nos dejen pasar a la zona VIP. Ella se encoge de hombros.

—Yo a él ya le he dejado claro que no me atrae, si quiere hacer esto. —Levanta los pases. —Es porqué lo quiere él. —Me encojo de hombros sin querer entrar en una discusión.

Cuando pasamos a la zona, aunque la misma música sigue sonando escandalosamente, está todo mucho más tranquilo, la gente que hay, habla entre ella, hay un par de personas bailando. Reconozco a varias personas, todos son conocidos por algo.

Un cantante.

Un DJ.

Varios futbolistas.

Un grupo de chicas, todas ellas cantantes.

Varias y varios modelos.

Y etcétera...

Natalia y yo, caminamos hasta sentarnos en unos sofás.

Ella levanta su copa proponiendo un brindis.

—Por tu gran triunfo, has conseguido una entrevista con Lucas Ribeltta. —Levanto la copa riendo, y la choco con la suya, antes de dar un trago. Algunos nos miran curiosos con la diversión plasmada en la cara, al oír el nombre de Lucas.

—La verdad, pensaba que dedicaría más tiempo. —Me encojo de hombros. —Más le vale que no me haya dado un número falso. —Advierto. Natalia, no me hace ningún caso, tiene la mirada puesta por encima de mi hombro. Me doy la vuelta siguiendo su mirada. Y me sobresalto cuando me encuentro con Lucas inclinado sobre mí.

—Tranquila, no es ningún número falso. Me sorprende que me creas un hombre de tan poca palabra. —Me reprocha. Me alejo un poco de él. Lo suficiente como para observarle.

Va vestido informalmente, con unos jeans que le quedan de muerte, bajos por la cintura, lleva una camiseta blanca, de mangas cortas, y toda adherida a su muy masculina anatomía. Una cadena le rodea el cuello y reluce junto con el arete que lleva en la oreja.

Está de infarto.

Me obligo a apartar la mirada y carraspeo.

—Me ha parecido raro que me dieras tu número privado. Eso es todo. —Contesto, él parece sorprendido por unos segundos, antes de caer en cuenta de que tengo razón.

—Supongo que quería darme una ducha y para eso, tenías que salir de allí más pronto que tarde. —Responde. Se sienta en el sofá junto a mí, me doy cuenta de que Mark y Dani, van con él.

La respuesta no es la huidaWhere stories live. Discover now