〖Chapter 40〗

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Cuando JiMin come algo, se le suelen marcar los hoyuelos.

Y eso era algo que había cautivado a JungKook desde el primer momento.

Recordaba con exactitud las miles de veces que se quedó embobado viendo al mayor comer, y como los hoyuelos se le marcaban suavemente.
Era una de las razones por la cuál amaba ver a JiMin comer.

Y ahora lo estaba viendo nuevamente, frente a él.
No como un recuerdo nítido en su mente, sino como parte de la realidad.

Y JungKook amaba esta realidad.

JiMin se veía tierno, y eso llamaba por completo la atención del menor.

JungKook amaba cada cosita de JiMin, por mínima que fuera.

Como ahora, que se encontraba amando el color negro en el cabello del mayor. Le gustaba como se veía con el cabello rojo, pero no negaría que con el cabello negro se veía más sexy de lo normal.
JiMintampoco alejaba su vista de JungKook.

Observaba detenidamente cada detalle del rostro del menor, cada pequeña célula de piel la analizaba, para llegar a la conclusión que amaba a JungKook al completo.

Y el cabello largo le quedaba estupendo.
JiMin ya se imaginaba que en unos meses más el menor podría amarrarse el cabello en una pequeña coleta, y eso le daba ternura.

Todo de JungKook le provocaba ternura.

JungKook emanaba ternura ante sus ojos.
Más con esa sudadera con un estampado de un cachorro en el centro.

Sonrió, dándose cuenta de la suerte que tenía.
La suerte de tener a alguien como JungKook a su lado, a pesar de todas las cosas malas que le hizo.
El corazón de JungKook era puro, sin malas intenciones.

Y JiMin estuvo a punto de perderle.

Sabía que había sido un completo idiota en el pasado, pero estaba orgulloso de haber detenido todo y pedir perdón por sus acciones.
Agradecía que Yoongi estuviera lejos, porque el solo hecho de verlo le daba náuseas.

Náuseas al recordar todo el daño que había causado, y todo el rencor que le tenía a Yoongi.
Era algo que no podía evitar sentir, como cuando te golpeas y no puedes evitar sentir el dolor.

Dejó de pensar en el pasado, y se concentró en ver al pequeño que estaba sentado frente a él, con una sonrisa en su rostro.

JungKook le alegraba el corazón.

Si algo le llegaba a pasar, JiMin se derrumbaría.
Se haría trizas en el mismo instante en el que escuchara la noticia.

No, no podía ponerse pesimista.

No debía tentar a la suerte.

ㅡ¿Que quieres hacer?ㅡ Preguntó el menor, con una sonrisa marcada.

JiMin lo pensó.

ㅡNo lo tengo claro, pero lo que tú quieras hacer lo haremos, después de todo tú conoces este lugar mejor que yo.

JungKook rió.

ㅡPodemos ir a la playa, o a alguna feria artesanal, o al cine, o a comprar ropa, o a jugar vídeo juegosㅡ JungKook comenzó una lluvia de ideas ㅡO podemos ver una película aquí, jugar algún vídeo juego que tenga TaeHyung, o nos sentamos en la terraza y apreciamos el mar todo el día.

ㅡRayos, quiero hacer todo lo que dijisteㅡ El mayor rió ㅡPodemos hacer algunas cosas hoy y otras mañana, antes de que me vaya.

Con solo mencionar eso, la sonrisa de JungKook se volvió más pequeña, mostrando claramente que esas palabras lo habían desanimado.

Engaño «JIKOOK» ‖ AdapOnde histórias criam vida. Descubra agora