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Roma

Me siento rara, poderosamente rara. Estoy frente a un espejo enorme vestido de blanco, se que es hipócrita de mi parte casarme de blanco estando embarazadisima, pero bueno, por suerte estamos en el siglo XXI y no en el X.
No he parado de llorar desde que abrí mis ojos, por eso casi no llevo maquillaje y el poco que tengo es a prueba de bombas nucleares.
Mi vientre está abultado, tengo cuatro meses de embarazo, aún no sabemos que sexo tiene nuestro retoño, Vladimir esta muy asustado de que sea niña y un poco yo también, conozco a mi futuro esposo, que raro suena decir eso, se que será extremadamente protector si es una niña, es un pensamiento bastante retrógrado pero así es él y lo entiendo. Porque a pesar de que las mujeres somos fuertes y podemos hacer muchas cosas solas, los padres jamás dejaran de vernos como cristales frágiles, siempre seremos sus muñecas de porcelana, no es algo machista, es el instinto de protección.
Volvamos a mi y mi espectacular vestido de bodas, la ceremonia se celebrará en Buenos Aires, la familia de Vladimir se encuentra instalada en el hotel, todos están muy emocionados y felices. Por suerte las cosas están mucho mejor, Alec ha quedado en el pasado como Alessa y todos los problemas que tuvimos por ellos y por ser tan poco comunicativos.
Mi vida hace casi dos años era plana monótona y sin amor, porque a pesar de que siempre guardare cariño por Andres no se compara con lo que siento por Vladimir.
Mi padre está tan emocionado que me es casi imposible reconocerlo, siempre fue un hombre duro con los sentimientos, pero desde que se entero que será abuelo todo cambio.
Todo está perfecto y hermoso, mis amigos están muy bien acompañados y eso me pone feliz por ellos. Son los tíos más babosos que mi bebe podría tener, mi prima esta en una relación y aunque mi tía se molesto mucho porque su hijita no volvería a inglaterra entendió, a la fuerza,que no cambiará nada a pesar de sus enojos.
La ceremonia y fiesta fueron hermosas, estuvo mejor que en mis sueños, Vladimir se mantuvo cerca siempre, no debo aclarar que ha tenido momentos de posesividad, más cuando Andres se acercó a felicitarme. Bueno tampoco me haré la inocente, también marque territorio cuando vi que algunas mujeres se le acercaban a mi esposo.
Mi esposo, quien diría que terminaríamos así después de una noche loca.
Vladimir me saco a fuerzas de la fiesta para irnos de luna de miel, obviamente no tome alcohol por mi estado pero mis amigos me habían contagiado su alegría, yo no paraba de bailar, reír y cantar.
Como podrán imaginarse en pleno vuelo comenzamos nuestra luna de miel, en mi defensa las hormonas me tienen bastante caliente, ni hablar de mi Ruso, parece que ambos estamos afectados por el embarazo.
Llegamos a las islas Fiji, es un lugar soñado, arena blanca, agua tan transparente que puede ver a los peces nadando entre tus pies, chozas en el medio del mar, comida afrodisíaca, pero no todo es color de rosas aquí. Mujeres hermosas por donde mires, no he podido evitar montar algún que otro numérito, mi flamante esposo me recuerda que soy la embarazada más sexy del mundo, que estoy más apetecible que nunca. Algunas veces me siento gorda y sin forma y otras me siento la mujer más poderosa del mundo, supuestamente la esposa de Polo ,es normal, pero hasta a mi me cansa ser tan bipolar.
Vladimir esta que se parte de bueno, con su cuerpo marcado y musculoso, su espalda ancha y sus venas palpitando bajo su piel, de solo describirlo me mojo toda.
En este momento estamos en la playa tomando sol, Vladimir me coloca protector en mi espalda. Tengo una bikini blanca y el un short verde fluo. Ambos estamos un poco bronceados y eso me encanta.
-Solo sacalo y ya Vladimir, no hay nadie - me quejo tirando del nudo de la bikini, esta refunfuñando porque no puede colocar bien el protector solar.
-Ni loco - gruñe- esta lleno de hombres deseando ver los pechos de una esposa embarazada.
-Por favor Vladimir- me queje - mira la cantidad de mujeres hermosas que hay. Crees que me verán a mi? A una esposa embarazada?
-Te sorprenderías - me clava la mirada glacial y quiero golpearlo y besarlo al mismo tiempo - Algunas veces creo que no quieres darte cuenta de lo que provocas en los hombres. He visto a más de uno mirarte y creeme que no he echo más que mirarlos mal porque no quiero arruinar nuestra luna de miel. Además- golpea mi nalga y hace que de un pequeño grito - estoy trabajando mi temperamento, no quiero estresarte.
-Yo no veo a nadie mirándome- este hombre exagera o yo soy ciega, porque nunca veo a nadie viendome - Me alagas querido esposo, pero exageras demasiado.
- Hace una hora en el restaurante recuerdas que hablaba con alguien? - hice memoria y si lo recuerdo hablando con un hombre joven- no paraba de mirarte asique tuve ponerlo en su sitio.
- Creí que lo conocías- susurre confundida .
- Ayer cuando vinimos aquí también tuve que poner en su lugar al chico que nos atendía, lo vi mirando tu trasero y creeme que me costó controlarme. Le perdone la vida porque era un muchacho, además de que me suplico que lo perdonará, que no podia perder su trabajo porque mantenía a de familia y me prometió no mirarte mas.
- Me parecía que algo había pasado - lo mire serio - había sido tan amable y de repente apenas me hablaba.
-Amable, si si. Ese puberto quería lo que es mio, ante Dios y la ley - dijo levantando su mano izquierda sonriendo.
- Eres increíble, no me di cuenta de todas las amenazas que has dado, eres sigiloso - lo mire achicando los ojos, me causa ternura que se esfuerce por no explotar, el Vladimir de hace unos meses ya les hubiese roto la nariz por solo rozarme - Te amo.
- Y yo a ti esposa mía mía mía- beso mis labios y tomó mi barbilla con sus dedos - siempre te cuidare, los cuídare con mi vida y jamas dejare que te miren como si fueses un pedazo de carne.
- ¿Solo tu verdad?
- Solo yo - me guiño un ojo y volvió a besarme, fue lento pero firme, mi centro se contrajo y gadee sobre sus labios- Creo que es hora de irnos.
No necesito entrar en detalles, llegamos a nuestra habitación y la ropa de baño quedó por todos lados, parecíamos animales salvajes, si no fuese porque parecíamos conejos creerían que no hacíamos el amor hacia meses o años. Beso todo mi cuerpo, me regalo un orgasmo con su boca y yo hice lo mismo, luego hicimos el amor en el piso, sobre los muebles, en la ducha, en la cama, bajo la luz de la luna, no me cansaría nunca de este hombre, mi hombre, el padre de mi bebe, mi esposo.
-No me alcanzará la vida para amarlos - Vladimir me abrazaba por la espalda mientras seguiamos desnudos luego de hacer el amor - Gracias por todo, gracias por no renunciar a mi y perdonar mis pendejadas.
- Te amo Vladimir, eso no cambiará nunca. Mi bebé y tu siempre serán mis amores más grandes e importantes-
Volvimos a amarnos hasta quedar exhaustos.

Tu me cambiasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora