- Señorita Ahn... ¿Puedo hacerle una pregunta? - Dime pequeña ¿En qué puedo ayudarte? - Hay un ejercicio que no me sale, es muy complicado para mí. - Déjame revisarlo.
Se sentó al lado de la menor apegándose a ella lo más que podía, además que con un brazo bordeó sus hombros para tomar el lápiz y comenzó a explicarle en aquella posición el ejercicio.
Jung WheeIn al sentirla de esa manera cerca se sintió muy vulnerable, no podía ella ni nadie negar que la maestra Ahn era una hermosa mujer, muchos estudiantes de último año querían con ella porque tenía el paquete completo, era hermosa, inteligente y por lo que tenía se notaba que era una persona de altos recursos.
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- ¿Quedó claro? - pregunta al finalizar. - ¿Eh? - ¿En qué estás pensando pequeña? - pregunta sonriendo. - Yo... Yo me distraje un poco. - Entonces déjame explicarte de nuevo, está vez no te me distraigas ¿Vale? - Sí, no se preocupe.
A la segunda si entendió la explicación, pero quería mantenerla cerca a su maestra, no podía negar que le gustaban las mujeres y más su tan atractiva maestra, pero era consciente que no podía involucrarse con ella de esa manera por la diferencia de edad y porque a su maestra le gustaban los hombres como a la mayoría de mujeres. Solo ella era el caso perdido.
- ¿Pasa algo WheeIn? - pregunta preocupada. - Solo pensaba en algo... - ¿Algo malo? - Un poquito. - ¿Quieres conversar de eso? - No... Es algo personal. - se sentía nerviosa. - Pero es algo malo, déjame ayudarte. - No se preocupe maestra, no quiero incomodarla. - No es molestia, pero para que no te sientas incómoda vamos a otro lugar a conversar ¿Te parece? - Está bien... - Vamos. Guarda tus cosas primero. - De acuerdo.
Ya con las cosas listas salieron juntas de la escuela como si nada, ya era algo normal, WheeIn normalmente conversaba con su maestra sobre las materias o temas que no entendía así que siempre la señorita Ahn HwaSa la ayudaba a entender todo sin sentirse aburrida, le gustaba conversar con la pequeña de temas profundos y educativos en todo momento.
En el auto todo fue tranquilo, no había conversación, pero WheeIn se sentía segura porque sabía que la maestra era una buena persona, al menos con ella porque con los demás estudiantes guardaba la distancia, era como si fuera su preferida, le gustaba ello, no podía negarlo.
- Llegamos. - ¿Un departamento? - Te enseñaré donde vivo, hay comida y bebidas así que hay de todo. Vamos.
Era algo un poco más íntimo aquello, era sumamente extraño, ella no esperaba llegar al departamento de su maestra, pero sería un mejor lugar para conversar de hecho porque ni siquiera habría curiosos.
- Ponte cómoda, traeré algo de comer y beber. - Gracias...
La maestra despareció de su vista así que comenzó a mirar alrededor un poco, realmente el departamento era enorme y se veía que todo era costoso así que no quiso tocar nada, solo mirar para evitar destruir algo y tuviera que pagarlo de regreso porque eso sería fatal para ella, quién con la justa tenía dinero para pagar la colegiatura.
