XXVII

8.6K 1.7K 1.4K
                                    

La presión en el corazón de Hyunjin, se extendió por todo su cuerpo con distintos dolores que no abarcaban lo físico. Se sintió pesado, como si su piel no fuera suficiente para mantenerlo en su lugar. Se sostuvo del mostrador, y por alguna razón, el mundo se mantuvo en silencio por unos segundos. El ruido de los papeles en la recepción o las sillas al moverse, dejó de existir. El olor a hospital desapareció junto a su respiración. Hyunjin solía tener en su cabeza un juicio personal con sus pensamientos, pero en ese momento, solo existía silencio, y aún así, estaba aturdido.

—...¿Estás bien? —La chica de la recepción le daba un poco de aire moviendo un papel de arriba a abajo. Hyunjin se sintió sofocado ante eso.

En ese momento, por el pasillo, se escuchó una risa que fue lo único que pudo devolverlo a la realidad. Minho venía hacia él con una toalla en las manos y secando su cabello con una sonrisa divertida.

—¡Tortuga! ¡Tienes que oler estás toallas! —Minho se detuvo al frente de Hyunjin llevando su toalla a su nariz e inhalando profundo. El señor Lee, justo detrás de él, le extendió una toalla al menor.

—Minho, hazme el favor de no volver a correr como lo hiciste recién. ¿Y si te resbalas? O peor... ¿Te llevas puesto a alguien?

Hyunjin tomó la toalla inconscientemente, pero su mirada no podía apartarse de los hermosos ojos azules que le miraban borrosamente al frente suyo con la más linda sonrisa.

—Huele como a frutas mezclado con hospital y recuerdos trágicos. —El mayor seguía oliendo la toalla como si su vida dependiera de eso—. ¿Cómo es eso posible? Oh, ya sé... Un arcoíris en medio de la lluvia. ¿No es ese un buen título? Hablaré con el creador del perfume para tela.

—La toalla es para secarse, Minho. No para olerla.  —Su padre seguía insistiendo con reproches.

Minho apoyó su mejilla en la toalla y miró al menor con una sonrisa que terminó de matar su estabilidad. Sus ojos se cristalizaron y la sonrisa de Minho se borró.

—Hyun... ¿Que...? —Minho acercó su mano con la toalla para secar las pequeñas gotas de agua que caían de su cabello mojado.

La chica de la recepción estaba hablando con su padre, y en el momento en que ambos miraron a Minho, la pregunta de la chica hizo temblar nuevamente al mundo.

—Disculpa, Lee Minho. ¿No es así?

Minho se giró hacía la chica, asintiendo levemente a su pregunta. Sus manos no dejaron de secar la piel de Hyunjin, quién no podía apartar sus ojos del perfil del mayor.

—Estuve viendo tu ficha médica. —La chica señaló la computadora con la mano. Hyunjin ni siquiera le pudo prestar atención—. Leí que el casillero de "Alma Gemela" está vacío. Esto es solo una pregunta... pero, ¿hay alguna novedad con respecto a esto? Porque de ser así, Minho, deberías avisarlo para anotarlo en tu ficha médica.

Minho miró a Hyunjin, el menor tenía la mirada perdida en la súplica. Sus manos se alejaron de la piel del menor y su cuerpo sintió un aire frío azotarlo a causa de eso.

—Yo... —Empezó Minho, pero no continuó.

—¿Conociste a tu alma gemela, Minho?

Pero él no contesto, sus pestañas bajaron varias veces antes de soltar un murmuro incomprensible. Hyunjin sintió una lágrima bajar por su mejilla y romperse en el suelo. Recién ahí, su conciencia volvió a tomar el papel principal de su cuerpo. Se alejó de Minho como si este estuviera prendido fuego y el mayor le miró con sorpresa ante eso.

—Lo dudaste —soltó el menor, casi como un jadeo atorado en su garganta—. Lo estás dudando, ni siquiera contestas.

—Hyunjin...

El cielo es azul - [Hyunho] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora