¡¿Donde están los dones?! [PRÓLOGO]

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La historia transcurre después de que Mirabel rogara por que su familia la tomará como una más lo que no sabia es que aquella vela mágica había escuchado su anhelo.

Lo demás se desarrolla de la misma manera, ella descubre las grietas, va avisar a la abuela, su madre habla con ella bla bla bla.

Por la noche Mirabel se recuesta sobre su cama después de haber tomado una ducha tibia para calmarse un poco, medito en las palabras de su madre pero ella estaba segura de lo que ella había visto, dio un largo suspiro para después quitarse sus gafas.

Mañana sería otro día y podría investigar con más cuidado que le ocurría al Milagro.

Mientras tanto en la habitacion de la matriarca de la familia le pedía a su esposo que le ayudara y le diera fuerzas para resolver los problemas que habían surgido en los últimos momentos con la casa.

Cuando todos se habían quedado dormidos y la vela comenzó a ajecutar su plan para que la familia pudiese aprender la lección.

Aquella vela comenzó a brillar, los brillos se dirigieron hacia las puertas de los Madrigal que poseían un don para que así comenzará a extraer el brillo de sus puertas, todas estas se dirigieron hacia la de Mirabel creando aquello que ella había anhelado por tantos años al ser excluida de sus demás familiares.

Las puertas de los demás dejaron de brillar para así dejar a unas puertas normales mientras que la de Mirabel tomaba forma propia y en ella estaba plasmada todos los dones de la familia incluido el de Bruno.


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Era de mañana mientras Camilo se había despertado con una rara sensación como si algo hubiese pasado, aún adormilado se levanto con pesados antes de que su madre se molestara por levantarse tarde, camino hasta el baño sin prestarle atención a lo que lo rodeaba porque aún seguía más dormido que despierto.

Se lavo los dientes y la cara, ya un poco más despierto se dirigió hacia la cocina para ver si podía ayudar en algo o tomar algún bocadillo, paso por una de las ventanas y se dio cuenta que aun no amanecía del todo, aun estaba algo obscuro.
-¡rayos!-, por eso aun se sentía muy adormilado y no había movimiento en casa, siguió su camino hacia la cocina y descubrió que había un tazón de algunas arepas que estaban en uno de los estantes altos que alcanzaba su tío Agustín, observo su alrededor para comprobar que nadie se diera cuenta de su travesura tan temprano, pensó en convertirse en su tío Agustín para alcanzar el estante y para su sorpresa no pasó nada, volvío a intentarlo varías veces, nada.

Se extraño y miro sus manos, ¿será que seguía soñando?, salió a observar hacia donde se encontraba la vela, esta seguía brillando, pensó que tal vez seguía durmiendo así que se dirigió más tranquilo hacia su habitación, llego hasta su habitación sin prestarle atención a las demás pero cuando estaba apunto de entrar a su cuarto se percató de que esta no estaba brillando, es más siquiera tenia el dibujo de su don tallado en la puerta, parecía más la puerta de la habitación de Mirabel.

¿Se había equivocado de puerta?, -De verdad necesito dormír-pensó pasando por alto aquel detalle y entró a la habitación, se sorprendió aun más al entrar y serciorarse que si era su habitación pero sus espejos y la decoración de esta no estaban salvo sus cosas personales, empezaro a sentirse nervioso, ¿sería que Mirabel le estaba haciendo una broma?, descarto esa idea ya que la relación de ambos no consistía en un simple buenos días, hola, adiós y buenas noches.

Enrrealidad el casi no hablaba con ella a pesar de que vivían en la misma casa, su relación con ella se había vuelto neutra después de que ella no resiviese su don.

El Milagro Mágico Where stories live. Discover now