Capítulo 13. Nueva normalidad.

537 87 14
                                    

Xiao Zhan nos prepara la cena y se queda un pequeño rato con nosotros antes de decidir marcharse. Lo hace bajo la excusa de que hoy le toca limpiar el baño y la cocina de su piso, pero yo en el fondo sé que es porque está cansado y no hay forma humana de que uno descanse bien en el sillón del hospital.

Por supuesto, lo acompaño hasta la puerta para despedirme de él mientras WenHan lava los platos.

"Bueno..." empiezo. Da mucho corte tener conversaciones serias, sobretodo cuando ya no estoy sedado. "Te estoy muy agradecido por todo lo que has hecho por mí," empiezo.

"Por nada," contesta Xiao Zhan, quitándole importancia. Su postura denota confianza. Pero no confianza en el sentido arrogante de la palabra. Es un tipo de confianza calurosa.

"Esto es un poco diferente a la última vez..." murmuro, más para mí mismo.

"¿A qué te refieres?" Su expresión está intacta, y su mirada está únicamente concentrada en mí.

"Bueno... No sé... Supongo que me siento..." intento cortar el contacto visual porque me siento avergonzado, después de todo, me he dejado llevar mucho por mis emociones en las últimas horas. Pero es que, es difícil. Sus ojos son magnéticos. "Supongo que me siento expuesto, y sigo sin asimilarlo. No acostumbro a ser tan débil, la ver..."

"No tienes que justificarte," me interrumpe. "Yibo, está bien ser débil a veces. No sabía que te ibas a sentir así por haberte ayudado, así que me disculpo por haberme metido demasiado," mierda, no sé expresar qué es lo que siento sin hacerlo sentir mal. Lo oigo suspirar. "Mira, todos pasamos por momentos difíciles. Y pienso que es importante tener a gente alrededor. No te iba a abandonar," luego parece que se lo piensa mejor. "¿Cómo te sentiste ese día que llovía tanto y me ayudaste?"

¿Ese día? Técnicamente hablando, me hace pensar que en realidad tampoco ha pasado tanto desde "ese día".

"Pues... Bien, supongo que bien. Fue agradable ayudar."

"Pues me siento de la misma forma. ¿Te sientes mal por haberte dejado ayudar? ¿O es que no aceptas haber mostrado tanto de ti a un desconocido? Creo que entiendo lo difícil que es que, de repente, haya presenciado tantas cosas de tu vida que a lo mejor preferirías mantener en privado. Es pronto para decirlo, y me resulta igual de paradójico que a ti, nuestra amistad," y hace comillas al aire para reforzar la última palabra. "¿Podemos llamarlo así?" Pregunta después, mientras sonríe. Y el alivio que siento es... Justamente, liberador. Como si hubiera expresado en palabras justamente lo que me lleva molestando desde hace horas. ¡Días incluso! "Pero es que, de alguna forma se tienen que construir las relaciones, ¿no? Y creo que a nosotros nos ha tocado vivirlo de esta forma. Hay veces en el que las cosas pasan por algo, quizás es nuestro caso. De todos modos, quiero que te quedes con que..." baja la mirada hacia sus manos y me doy cuenta de que ha estado jugando con ellas de forma nerviosa durante todo el discurso. Es entonces cuando soy consciente de las mías, metidas en los bolsillos. Y me cohibo por lo vulgar que parezco. Las saco de allí y vuelvo a sentir cómo no sé qué hacer con ellas. "Quédate con que para mí ha sido un placer ofrecerte mi ayuda. Y me gustaría poder ser buenos amigos después de esto. Puedes confiar en mí. En serio," luego suelta una risa ahogada. "Sé que te tomé mucho el pelo al principio, y lo siento, de verdad. Pero no soy tan mala persona, eso te lo puedo decir con bastante confianza."

Acto seguido, alarga su brazo hacia mí. Como si buscara un apretón de manos. Y por supuesto que le correspondo.

"Bueno, puestos a sincerarnos, tampoco es que yo me hubiera portado demasiado bien contigo al principio. Perdón por haber sido un borde de mierda."

Perdiendo los estribosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora