Capítulo 8

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Capítulo 8

Esteban se quedó pensando en las palabras de su padre, aún después de que los despidieran en el aeropuerto privado.

M: Esteban, te estoy hablando...

E: perdón... ¿qué me decías...?

M: eres muy afortunado por tener unos papás como los que tienes...

E: la verdad es que sí... Pero tus papás también son buenos... Los complacen en todo...

M: pero eso no es suficiente... Los hijos necesitamos más...

Quizás porque tenía unos padres fuera de serie o porque era su educación, pero Esteban no tenía reclamos para ellos...

E: ya nos dieron la vida, María... No creo que tengamos derecho a exigirles más...

M: tú no lo entenderías, Rafael y Sofía son diferentes... Deseo algún día, si es que llego a tener hijos, ser una mamá como ella... Y que mis hijos tengan un padre como el tuyo...

E: entonces quieres tener hijos... ¿...?

M: solo si encuentro un compañero sin igual para una aventura como debe ser la paternidad...

E: ¿y cuántos quieres...?

M: ¿cuántos qué...?

E: hijos, María... ¿o de qué estamos hablando...?

M: ah, sí... Pues... No creo que eso se planea... Respeto a quienes lo hagan, pero yo no puedo planearlo en este momento... Además estoy empezando la universidad...


***********


Una tarde, María terminó en una práctica de Esteban.

Lacrosse... Un deporte que su hermano y él practicaban desde pequeños...

Ella se sentó en una de las gradas y sacó un libro, su intención era leer, pero vio a los amigos y compañeros de Esteban haciéndole bromas...

Él no se dejó, por el contrario, fue como si les devolviera las burlas y ahora quien reía era Esteban. Eso hasta que llegó el entrenador y los hizo a algunos deshacerse de los celulares.

E: ¿me lo guardas, por favor...?

M: sí... Claro...

Y tener en sus manos el teléfono de cualquier persona causaba curiosidad, pero más si se trataba de Esteban... ¿quién le escribiría...? ¿Qué le dirían...? ¿Y si lo llamaba alguna chica...?

Pero no, María prefirió guardarlo en su bolsa y así evitar tentaciones...

Entonces se encontró observando a Esteban mientras corría. Los demás integrantes del equipo eran de buen ver, atléticos, guapos, pero como Esteban ninguno. Él tenía porte, presencia, galanura, carisma...

Soltó un suspiro que ni ella misma entendía y agitó la cabeza, ¿en qué estaba pensando??


**********


Que Esteban llegara a tocar la puerta del departamento de María se había convertido en algo casi que diario...

Lo recibió un ama de llaves y por eso la encontró sentada en el sillón.

Se sentó en la mesita de centro, frente a ella.

MI DECISION... El Origen...Where stories live. Discover now