❛ ¡𝗡𝗼 𝗺𝗲 𝗿𝗲𝗻𝗱𝗶𝗿é 𝗵𝗮𝘀𝘁𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗮𝗹𝗰𝗮𝗻𝗰𝗲 𝘂𝗻 𝗳𝘂𝘁𝘂𝗿𝗼 𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲 𝘁𝗲 𝘀𝗮𝗹𝘃𝗲! ❜
⍟ en donde Hinata viaja al pasado para salvar a su novio, y no parará hasta lograrlo.
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[takehina]
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» buen trabajo «
Parada adelante de ella estaba Hayashi, mirándola neutral, Hinata sabía que no habia vuelta atrás de esto, desde el momento en que dijo esas palabras.
Tengo que conocer a la líder de la Toman, pero no puedo hacerlo si solo soy una esclava.
—No te arrepientas luego— dijo Hayashi y rápidamente le dio un puñetazo en su estómago.
Hinata sintió como se quedaba sin aire, más la rubia no terminó ahí y le metió otro puñetazo en la cara.
—¡Oi oi! ¿¡Qué paso con tu confianza de hace rato!?— gritó Touko.
La castaña no le hizo caso, y se recompuso e intento darle un puñetazo también, pero fallando al Hayashi haberlo parado con su brazo. Entonces Hinata le pegó con su pierna en su cadera.
Siguieron peleando por un rato, Hinata iba perdiendo teniendo cada vez más golpes en su cara y sangrando, más en ningún momento se detuvo o se arrepintio. Cada vez que Himaru la dejaba en el piso ella se levantaba rápidamente y volvía a la pelea.
—Esa chica si que tiene ovarios como para retarla a Hayashi— murmuró una entre la multitud
Mizuki y Emi miraban la pelea asustadas y nerviosas, aunque no conocian a Hinata tan bien, estaban agradecidas de cuando las defendió en la plaza. Por lo que ahora intentaban para la pelea desde el público.
—¡Tachibana! ¡Ya fue suficiente!—
—¡Para ahora o vas a morir!—
—¡Ya ríndete de una vez, maldita sea!— exclamó Hayashi mientras Hinata le tiraba de los pelos y le pegaba patadas.
La rubia, cansada, la empujó haciendo que terminará en el piso, toda desaliñada y sangrando.
—No... No me rendiré— habló con la cabeza agachada —... Estos doce años me mantuve callada y aguanté que me pisotearan...—
—¿De qué esta hablando?— preguntó Mizuki concernada
Levantandose del piso, continuó —Y ahora tengo una razón... ¡Ya no me quedaré callada!
Así que, Hayashi, la única manera en la que me puedes ganar...
Es matándome.—
Yo definitivamente no me rendiré.
La rubia la miro concernada por un segundo, para luego girarse hacia sus amigas.
