𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗱𝗶𝗲𝗰𝗶𝘀𝗶𝗲𝘁𝗲: te lo advertí.

7.9K 656 293
                                    

 Me dolía la cabeza, y el murmullo de la gente resuena cómo grandes tambores cerca de mi oído

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


 
Me dolía la cabeza, y el murmullo de la gente resuena cómo grandes tambores cerca de mi oído. Intento levantarme, me pesan las manos, por fin alzó la vista.

Lo primero que veo son hileras de camas, demasiados personas corriendo de un lado a otro, el ruido insoportable de niños llorando.

Me levantó con rapidez que el piso se me mueve, me tocó el estómago, me tocó la cabeza me miró en el reflejo de un espejo mal colgado delante mío.

Mi corazón late con fuerza que siento que saldrá de mi pecho, mi estómago se revuelve y salgo corriendo, los niños de un uniforme similar me quedan viendo asustados, o sólo es el reflejo de mi cara, las náuseas se hacen más intensas y mis manos toman lo primero que veo, el bote de basura.

El líquido amargo me raspa la garganta, un niño se acerca a mí, me da su peluche y dice unas palabras que no logró comprender, mi cuerpo tiembla y mis piernas no me responden. No tomó el peluche porque al alzar la mirada percató el televisor colgado, son las noticias.
Sale la cara de mi tía, y una arcada me agacha y suelto lo poco que tenía en el estómago.

Por inercia levantó la cara y está ahí la cara de Ran Haitani y su hermano.

Me suda la cara, siento un frío recorrer mi espina dorsal, y las manos me sudan. Trago saliva, la camioneta en el que iban para la cárcel se ha desviado y no lo encuentran. Un helicóptero hace recorridos por la carretera y un hombre de traje con micrófono habla alterado, gracias a los subtítulos logró comprender lo que dice "Se han escapado"

Alguien entra al lugar y apaga la televisión, intento levantarme pero aún no logro dejar de temblar, todos los niños gritan y corren. Me toman del hombro y sin decirme ninguna palabra me llevan a rastras afuera.

Me ponen unas esposas y varios oficiales y gente de traje negro hace guardia volteando a todos lados.

Cómo un cachorro asustado me tapo los oídos, las esposas me lastiman las muñecas y aún siento el amargo sabor en mi boca, una oficial se inca a mi y me habla, sus labios se mueven con rapidez, me sostiene y siento su temblor, igual está asustada pero finge no estarlo.

—Nos vamos te llevaremos a una casa de seguridad — escuchó y mi mente poco a poco comprende.

Todo se vuelve flashbacks.
Desde que me llevan a un auto y todos entran con sus armas, veo la fecha de la pantalla del auto y sólo a pasado un día desde que mi tía fue capturada y le dije a Ran que lo odiaba pero...

Un estallido hace frenar al copiloto y me lastiman los gritos de los demás, la misma oficial se queda conmigo en el auto y dice cosas para tranquilizarme pero en realidad yo no escucho lo que dice, los disparos y el sonido de las alarmas de los autos me aturden tanto que siento podré quedarme sorda.

Su mano tiembla, sostiene un arma y me toma del brazo, su cara es de pánico, sus compañeros no han regresado, se voltea a verme y me sonríe, alguien abre la puerta detrás suyo y esa sonrisa se transforma en una horripilante cara de temor, la toman del cabello, antes de que pudiera defenderse un estruendo en su cien salpica gran parte del sillón.

𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 𝐈𝐒𝐒𝐔𝐄𝐒 | Ran Haitani | tnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora