ǁCAPÍTULO 22ǁ

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AGATHA.

—¿Le entregaste la carta? —pregunté a Cloe mientras entraba a la casa y ella salía de la cocina.

Contarle algunas cosas en la carta fue lo más valiente que puedo ser.

—Si —rodó los ojos—, ya se fue a trabajar. ¿Por qué llegas tan tarde?

Eran alrededor de las 6 p. m. y recién había llegado. Había ido a comprar algunas cosas para salir con Hades. Realmente estaba nerviosa con lo que podía pensar por la carta, pero ya fui muy cobarde mucho tiempo. Y aunque no sea en persona, quería que lo supiera por mí.

—Fui por algunas cosas —respondí—. ¿Qué estabas hacien...?

No terminé de hablar porque Steven salió de la cocina comiendo una hamburguesa. Tenía un gorrito de lana negro que tapaba absolutamente todo su cabello, se notaba que había estado llorando. Su nariz aún estaba roja y sus ojos hinchados.

—Hola... —agacho la cabeza e hipo.

—¿Pasó algo? —susurre a Cloe.

—Creía que yo era tú —me miró con incomodidad—. Estaba llorando porque se siente muy mal por no ingresar a la universidad. No quería hacerlo sentir peor así que fingí ser tú y lo tranquilicé un poco —me dio un pequeño empujón a Steven—, te toca.

Llevé a Steven a la sala y lo senté. En la mesita de en medio había dos vasos con gaseosa, así que los quité y preparé té para los tres. El pelirrojo se encontraba abrazado a sus piernas cuando volví con el té.

—¿Quieres hablar con la verdadera Agatha? —sonreí mientras le entregaba el té.

Él me miró y sonrió con los ojos llorosos. —¿Debería rendirme? —musito.

—Creo que la universidad donde postulas, no es la única. No eres la primera persona que falla, incluso hay personas que deben rendir examen hasta cinco veces para ingresar. Eso no quiere decir que son unos fracasados... el esfuerzo no se minimiza y tú te estás esforzando mucho.

—¡Lo mismo le dije! —Cloe tomó su gaseosa.

Steven sonrió y tomó un poco del té. —Pero... ¿y si no ingreso después de cinco intentos?

—No te presiones —acaricié su hombro—. No pasa nada si aún no ingresas a la universidad o no trabajas. Todo va a estar bien, debes ser bueno en algunas otras cosas que te gusten hacer.

—¿El básquet? —Cloe interrumpió mostrándonos su móvil—. Eres bueno en básquet, incluso estas en un equipo. Eres el maldito capitán.

—El equipo es de Zoé y Rapha —rodó los ojos—, yo solo los represento. Además, no me gusta el básquet.

—¿Y por qué estás en ese equipo? —enarque una ceja.

—Porque al principio me parecía un buen pasatiempo —murmuró—. Me la pasaba bien con Zoé y Rapha, hacía que olvide mis problemas.

—Entonces encontremos un nuevo pasatiempo que realmente te guste —Cloe se puso de pie—. ¿Sugerencias?

—Me gusta la fotografía—sonrió.

—Lo importante es que seas bueno —rodó los ojos.

—¡Cállate! —le tiré un cojín para luego mirar a Steven con una pequeña sonrisa—. Puedes hacer fotos a las personas, eso les gusta.

—Y venderlas —Cloe se sentó al lado del chico—, así harás lo que te gusta y tendrás dinero.

La expresión de Steven se volvió totalmente feliz. Era muy fácil animarlo, pero también muy fácil hacer que llore. Él era un chico muy sentimental, empezó a hablar de lo bueno que sería, incluso nos mostró algunas fotos que había tomado y realmente era bueno.

MI SALVACIÓN. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora