Capítulo uno

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«𝙰 𝚜𝚞𝚜 𝚘́𝚛𝚍𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚙𝚊𝚝𝚛𝚘́𝚗»

•-Capítulo uno/[01]🌺

☁~ ~ ~☁

Damien caminaba frustrado por la gran mansión destrozada, la cual que con cada paso que daba, los temblores resonaban cada vez más, y más.

Por supuesto que eso no duró mucho tiempo, el que lideraba era su padre, Satanás.

-¿Y bien? ¿esos puñeteros albañiles donde están? Entre más pronto mejor, no necesito gente invadiendo mi hogar. -Reclamó el chico a la criatura mayor, la cual lo observaba con un poco de furia tenue.

-Nuestro hogar, querrás decir.-Le respondió el demonio al pequeño híbrido humano.

Mientras esto sucedía, Damien se limitaba a escuchar las palabras de su padre, él lo había metido en tantos problemas, que ya ni siquiera quería escucharle; Satanás, en cambio, estaba observando los cuadros destrozados, el contenido de uno de ellos era la madre de Damien, fallecida. Su angelical sonrisa, seguía siendo tan hermosa como la última vez que la vio en persona, sí, Satanás era el tipo de persona que no se sentía atraído por mujeres, pero ella era única.

Había cautivado su corazón,y allí nació él, la razón por la cual lo intenta proteger a toda costa.

Mientras esto transcurría,el dúo de rubios avanzaba a stalkear un poco a la familia gobernante bajo-tierra; Atravesaron la seguridad, por supuesto, no había seguridad, los municipales la habían desmoronado.

-¡Ay!-Estella chocó su rostro contra el suelo.-Pip, Pip ¡Psch, para acá! -Susurraba la rubia a su amigo, como si de un perro se tratase.

-No hace falta tratarme como un cachorro.-Le recalcó, a lo que ella respondió con un ruedo leve de ojos.-Como sea, Estella, no creo que esto sea bueNA IDEAAAAAAAAA!!-Tropezó estúpidamente.

[. . .]

Estella y Pip se miraban algo tediosos, confundidos, y asustados, en especial Pip, Estella simplemente estaba viviéndolo como otro día más, algo emocionante, pero estúpido por el acto de su amigo.

A lo que él solo la miró avergonzado.

-Pip, eres un idiota.-Susurró la chica.-Nos atrapó por tu maldito grito.-Bufó.

-Lo sé, perdón, Estella.-Se ruborizaba cada vez más por la vergüenza, arrinconados en una pequeña sala de la gran mansión, con el chamuco frente a ellos.

Damien por su parte, volviendo con él, empezaba a bajar los escalones de la mansión, para ir a dar un paseo, casual; pero en cambio, se topó con la escena de su padre,y dos chicos rubios, acorralados.

-(¿Espías?)-Pensó.

A lo que inmediatamente se ocultó ¿Qué haría su padre con ellos dos?

-¿Qué hacían en mi maldita mansión, dentro?-Interrogó el demonio mayor.-O aún mejor ¿por qué debería dejarles con vida?-Extendió una gran sonrisa con maldad, su sonrisa era grande, pero su verga lo era más.

-Mire señor, con toda la indebida falta de respeto.-Habló Estella.-Que mansión más horrible y culera he visto en toda mi puñetera vida.-A lo que la sonrisa de Satán se desvaneció lentamente.

Satanás pensaba en asesinar a ambos, estaba a su limite, la madre de su hijo, el des agradecimiento de su propio hijo,su mansión, y ahora dos desconocidos. ¿Quiénes se creían?

A punto de tomar el cuello de Estella y hacerlo trizas en añicos ,Pip en un momento de miedo,decidió hablar.

-¡S-Señor somos albañiles!-Estas tres palabras llamaron la atención del mayor.-¡Podemos ser útiles en la reconstrucción de su hogar! p-pero déjenos...vivir.-Jadeó con terror el pequeño rubio, con la intención de salvar la vida de su amiga, la adrenalina subió, y mencionó.-𝗔 𝘀𝘂𝘀 𝗼𝗿𝗱𝗲𝗻𝗲𝘀, 𝗽𝗮𝘁𝗿𝗼́𝗻.

𝙰 𝚜𝚞𝚜 𝚘́𝚛𝚍𝚎𝚗𝚎𝚜 𝚙𝚊𝚝𝚛𝚘́𝚗Where stories live. Discover now