Capítulo 10 • El complot

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John intento ir directamente hacía Uma después de que vio lo sucedido con los hijos de Hades y Mal bajo la colina. Si Uma lograba convencer a los descendientes de Hades de unirse a su lado en la inminente guerra de pandillas que habría en la Isla de los Perdidos su victoria estaría asegurada. Sin embargo, en cuanto dio un paso dentro de muelle los piratas lo llevaron atado hacía Uma. Desde que el grupo de Mal robo un cargamento la seguridad había aumentado.

— ¡Yo no pretendía nada, tengo información para Uma!

— A la capitana no le interesa nada que venga de ti - dijo Harry, el hijo del Capitán Garfio, él era el segundo al mando en el barco perteneciente a Uma.

— ¡Esto si le interesa! Encontré la debilidad de Mal - los piratas se rieron. Si algo debían reconocerle a Mal era su fortaleza e inteligencia, casi a la par del ingenio y agudeza de Uma.

— Alto - ordenó una voz proveniente de una sombra frente a la puerta. La sombra movió su sombrero y John suspiró tranquilo —. ¿Por qué he de confiar en que realmente tienes la debilidad de Mal?

— ¿No te has enterado? Mal le teme a los hijos de Hades. Si logras que ellos se unan a ti, lograrás que Mal finalmente entregue su territorio.

— ¿Los hijos de Hades? Que tontería, son iguales a su padre, no se les ve muy seguido y no se meten en problemas tan absurdos...

— Eso no es cierto Uma

— ¡Es la capitana para ti! - dijo Harry jugando con su garfio.

— Capitana Uma, el miedo que los chicos de esta isla le tienen a Mal es superior al miedo que te tienen... En otras palabras, no quieren ir en contra de Mal porque saben que en estas condiciones ella va ganar. Pero si pones a Helmut y Hadie de tu lado, Mal se retirara y la Isla que antes la respetaba irá a tu lado, la vencerás solo con la presencia de dos chicos.

— ¿Sabes algo? No confío en ti

— No tienes que hacerlo, pero sinceramente ¿Crees que Mal es así de mala como aparenta? Digo, sus acciones de los últimos meses dejan mucho que desear... Y personalmente, ella es solo una niña caprichosa que no da tanto miedo como cree.

Uma sonrió, pese a que el chico no la convencía, confío en sus palabras.

— Haré algo. Tú y dos tipos de mi tripulación van a buscar a los hijos de Hades y traerlos ante mí para hablar con ellos. Harry, Gil, acompañen a nuestro invitado a la cueva de Hades...

(***)

Helmut sacó a Hadie lejos de la cueva de Hades y caminaron sin rumbo. Pasarían algunas horas antes de que su padre les permitiera regresar a casa. Habían dejado a Mal sola enfrentando a sus amigos cuando la verdad salió a la luz. Hadie no entendía ese empeño por ocultar el hecho de ser hija de Hades, pero Helmut apoyaba que Mal quisiera guardar el secreto. Sería desfavorable para él que la verdad se supiera en toda la Isla de los Perdidos.

Dieron un paso más y justo se toparon con los piratas. Hadie y Helmut ignoraron sus llamados hasta que una frase en particular llamó su atención.

— ¿Quieren destrozar a Mal?

Helmut se giró emocionado, como si eso fuera un boleto ganador de lotería. Hadie solo los miró con severidad.

— Seguro ya están al tanto de que una guerra entre pandillas se aproxima, Uma esta molesta por la invasión a su territorio y seamos sinceros, Mal ya no cumple los malvados requisitos para gobernar, pero ella no va renunciar así de fácil. Es momento de tomar bandos caballeros, Uma quiere hablar con ustedes sobre tomar bandos.

— Yo quiero - se encaminó Helmut, pero Hadie lo tomo de la ropa.

— Si papá se entera tendremos problemas, no lo hagas. Nos prohibió pelear contra Mal otra vez.

— He ahí la mejor parte, la guerra es entre Uma y Mal, la pirata hará el trabajo sucio por nosotros, papá no podrá decir nada.

Hadie se decepcionó, pero lo dejó ir al muelle, sin embargo optó por advertirle a Mal sobre el complot en su contra. La buscó en la cueva, pero no estaba ahí, la busco en su casa, el resultado fue el mismo. Tuvo que esperar hasta el lunes para verla, pero una tormenta había caído sobre la Isla y según los rumores Mal no salía del castillo desde entonces.

Hadie maldijo dentro de sí mismo, cuando los rumores del inicio de la guerra ya eran un tema frecuente en los chismes del mercado.

Si quería advertir a Mal, debía hacerlo rápido o buscar una alternativa... Quizá si hablaba con Hades sobre este asunto él haría algo. Si Mal quería una prueba de que Hades podía ser buen padre él se la daría o eso esperaba. Corrió de vuelta a la cueva con la esperanza de que su padre haya superado su enojo de la otra noche y Helmut no le haya llenado la cabeza con locas ideas.

(***)

Cuando los gritos de Maléfica cesaron, Mal tuvo que regresar a la escuela, no quería (ni podía) pasar un segundo más con su madre. Aunque le hubiera gustado tomarse unos días para tranquilizarse y tomar la fuerza para ignorar las risas, burlas y murmullos a su alrededor sobre ella, prefirió sufrir esa vergüenza a permanecer en su hogar con los incesantes gritos de su madre.

— Hola Mal, ¿Cómo estás? - pregunto suavemente Evie, sentándose a un lado de ella, cubriendo ligeramente los susurros que atormentaban a la ojiverde.

—Pudo ser peor - dijo. Era verdad, pudo ser peor, pero no se creía tan fuerte para soportar algo peor.

— ¿Qué pasó? - pregunto Jay. Maléfica no era delicada ni con su propia hija y ver a Mal tan fuera de sí los ponía... ¿tristes? ¿Nerviosos? Ni ellos sabían, pero no les agradaba la sensación.

— Lo normal - explicó y su voz se cortó un segundo como si quisiera llorar —. Ya sabes, me castigó y... Me grito toda la noche. Nada que no haya pasado antes - murmuró y se rasco la nuca con intranquilidad.

— ¡Hay piratas en la plaza! - oyeron a alguien gritar desde el pasillo. De inmediato todos salieron a comprobar los hechos y así era. Uma y su tripulación paseándose con altanería por todos los puntos de la Isla, mejor dicho, del territorio de Mal.

— Te arrepentirás, camaroncito - murmuró y tomó su mochila para salir corriendo a poner un alto a los piratas invasores.

La Isla de los Perdidos.Where stories live. Discover now