Tu... Ya no me amas ¿Verdad? [CHANLIX]

CAPITULO XI

Dos días más habían pasado, dos días bastaron y al fin el Omega fue dado de alta del hospital, había regresado a su "vida normal" si es que así se le puede llamar a la vida que llevaba ahora, en cuanto llego a casa lo primero que vio en la mesa fueron los malditos papeles de divorcio, de verdad que lo del divorcio iba encerio, en un momento su ingenua cabeza pensó que era broma pero al parecer estaba equivocado, otra vez

Está vez en lugar de subir a su habitación, subió a la que antes compartía con Chan, entro a la misma y se acostó en la cama... Abrazo la almohada del mayor inhalando ese aroma... Ese aroma que ya no sabía si le gustaba o no... ¿Debía decirle a sus padres? Pues si! Claro que debia decirles pero no tenía las suficientes fuerzas para decirles todo lo que Chan le había hecho en esos meses, de verdad que lo amaba, dejo la almohada a un lado y tomo la foto que estaba en la mesita de noche, dejo un beso sobre está y después la abrazo mientras se hacía bolita sobre la cama , el sueño le comenzó a ganar, y se quedó dormido... Deseaba tanto que eso solo fuera una pesadilla....

Se despertó por el ruido del timbre de la casa, alguien estaba tocando y ya llevaba rato haciéndolo, se levantó con todo el pesar del mundo y bajo las escaleras, al abrir la puerta se encontró con Chang Bin que llevaba una caja en sus manos, miro al cielo notando que ya estaba oscuro... ¡Ya era de noche! ¿Por cuánto tiempo había dormido?

- Hola! Amm que haces aqui? Ya es tarde

~ Solo venía a traerte estos postres, no se, para alegrarte la noche

El Omega solo sonrió mientras se hacía a un lado para que el mayor entrara a la casa, una vez dentro solo cerro la puerta

- Vamos, siéntate

El Omega se sentó cuando el alfa lo hizo, tomo la caja abriendo la misma, viendo la cantidad de postres que había en ella

- No tenías que molestarte en venir hasta acá solo para traerme los pastelillos

Sonrio tomando uno y llevándolo a su boca

~Queria hacerlo así que no te preocupes

Durante un buen rato estuvieron platicando, sobre varias cosas, algunas divertidas que hacían reír al Omega, y otras no tanto, pero al Omega no le molestaba pues con tener la compañía del alfa para el era suficiente