Peleas

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Sofía se encontraba sentada junto a la ventana, se preguntaba una y otra vez ¿Qué había hecho mal? ¿Cuál había sido su pecado para que su amado Hugo dejara de amarla?

Cumplirían dos años de casados y las esperanzas de un buen futuro estaban marcadas en el corazón de ambos.
Sin embargo, las peleas comenzaron a hacerse presentes.
En un inicio eran causadas por cosas sencillas, desacuerdos sobre la decoración del hogar o celos que no tenían ningún fundamento.
Pero conforme el tiempo avanzó, las peleas comenzaron a ser más grandes, la sombra de una tercera persona se hizo presente en la relación.

¿Me amas? Preguntó Sofía una y otra vez ante la frialdad de su marido.

“te amo más de lo que crees" contestó Hugo con una voz serena, mientras continuaba la carta que escribía para su nuevo amor.

Los ojos de Sofía se llenaron de lágrimas e intentó escapar de su realidad, a través de la lectura. Sus manos temblaron y su corazón latió con fuerza, ¿Acaso Hugo solo la había utilizado? Tal vez su ascenso como rey de Albuquerque lo había llevado a tomar esa decisión.

Dejó el libro que se encontraba leyendo sobre la cama y decidió enfrentar a su amado.

~¿Realmente me amas?

~Si te amo, Sofía. Contestó sin quitar la vista de su carta.

~No estoy segura de eso, quizás me amas, pero no de la misma forma en que yo lo hago... Solo me lastimas con tu indiferencia y me estás haciendo perder la cordura, todo lo que te digo te molesta y me gritas constantemente... Si soy un problema para ti ¿Por qué no me dejas libre? Te juro que no te causaré problemas después de eso.

Hugo dió un golpe sobre la mesa y la miró con odio.

~Sé que te lastimo, pero aún así, no puedo dejarte ir.

Los ojos de Sofía se llenaron de furia y comenzó a lanzarle todos los libros que fueron testigos de su dolor.

~¡Déjame libre, Hugo! ¿Realmente merezco esto?

~Lo mismo te pregunto, Sofía ¿Yo lo merezco?

La princesa se detuvo y bajó la cabeza.

~Ninguno de los dos lo merece... Me iré antes de que anochezca.

El joven se paró frente a la puerta y le impidió el paso.

~¡No te irás! Porque yo no te lo permito.

~No comprendo tu actitud, hace unos días dijiste que estabas cansado de mi, incluso intercambias cartas con otra mujer ¿y ahora me quieres mantener cautiva? Solo te pido amor y cariño, pero no quieres darmelo...solo ¡Quiero a mi esposo de vuelta! Y lo único que tú haces, es golpearme con tu indiferencia ¿Qué tan infeliz debo ser?

~Eres mi esposa, si no estás conmigo, yo no soy nada... Si te pierdo ahora, sé que no encontraré a alguien que pueda llenar el vacío que dejaste.

~¿Ni siquiera la mujer a la que escribes con añoranza?

Hugo bajó la mirada y tomó la carta entre sus manos.

~Deberias leerla.

El asombro recorrió el cuerpo de la joven cuando leyó un poema dedicado a ella.

~Sofia, tú eres mi sol y mi luna, la única mujer a la que veo desde que nos conocimos... Es por eso que jamás podré alejarte de mi vida.

Las lágrimas brotaron nuevamente de los ojos de Sofía, sin embargo, está vez eran lágrimas de felicidad.


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⏰ Last updated: Apr 17, 2022 ⏰

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