15. Amor de hermanas

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Luego de una larga conversación con el hechicero Majishan, la Starlights salió de aquel santuario, su mirada reflejaba la certeza de haber tomado una difícil decisión, cerró la puerta y se quedó parada unos minutos mirando el paisaje verde que la rodeaba, fijó sus ojos en el cielo observando una bandada de aves que iban pasando, se veían tan sincronizados volando en la misma dirección, pensó en sus hermanas y en su princesa, suspiró hondo y luego se dirigió hacia el palacio de las flores doradas, en cuestión de minutos ya estaba de regreso en aquella fortaleza que siempre había sido su hogar. Se encontraba caminando muy pensativa con la cabeza baja por lo que no se fijó que de una esquina venía otra persona haciendo que ambas tropezaran y cayeran al suelo.

—¡Auch! ¡Fighter tonta, fíjate por donde caminas! —dijo una enojada peliplateada mientras se sobaba la cabeza por el golpe recibido.

—No te vi enana —La chica de ojos zafiros se levantó del suelo sacudiendo su traje y le dio la mano a su hermana para ayudarla a ponerse de pie, la otra chica sólo la miró desconcertada, en otra ocasión la hubiera dejado tirada en el suelo o estuvieran discutiendo para obtener un culpable por ese accidente.

—¿Porqué estás tan desconcentrada? ¿Cuándo será el día en que te olvides de ella?

—¿De quién estás hablando? No estoy así por nadie... —Trató de estar calmada para persuadir a su hermana.

—¡No me engañas!¡Ya deja de pensar en ella! —le alzó la voz porqué no pudo contenerse más, ya estaba harta de verla siempre decaída por aquella chica, continuó diciéndole mientras apretaba sus puños—: Recuerda que no te ama como tú a ella. Ella ya tiene a su príncipe, seguro ya se habrán casado y tu aún estás sufriendo por ella. Acepta de una vez que nunca te amará aunque tú te mueras por ella. Si sintiera algo por ti ya te hubiera buscado, no te tendría sufriendo por tanto tiempo.

La Starlights de ojos zafiros volteó su rostro para que su hermana no viera su tristeza.

—¡Lo siento Fighter! Es que me da mucho coraje que estés sufriendo por alguien que ni te piensa.

—No lo puedo evitar...lo que siento se me sale de control, es más fuerte que mi razonamiento, enloquezco por ella, no doy para olvidarla y mucho menos dejar de amarla. Cada día la amo más y se muy bien que ella no siente nada por mi, me lo dejó muy claro en nuestro último encuentro —Unas lágrimas resbalaron por su mejilla.

—¿Porqué no intentas salir con alguien más para olvidarla? ¡Esfuérzate aunque sea un poco! Nos duele verte así, queremos que vuelvas a ser la misma de antes...

—Tienes razón...¡Lo siento, sé que ustedes se preocupan por mi! Esta vez haré todo lo posible para olvidarla. — dijo esas palabras para persuadir a su hermana ya que solo pensaba en salvar a su bombón.

Healer abrazó a su hermana, y en ese instante llegó Maker que quedó atónita ante ese espectáculo. Sus dos hermanas nunca habían sido tan cariñosas ni nada por el estilo.

—¿De que me perdí?

—Ja ja ja ...no es nada, nuestra hermanita Healer nos invitó a un picnic.

Healer la miró arqueando una ceja, luego dijo:

—Es cierto las llevaré a un picnic pero la vianda lo preparará Fighter, por eso estamos tan contentas. Ja ja ja

—Ok. Ya Teníamos mucho tiempo desde la última vez en que nos reunimos —Ella se puso a pensar —La última vez que lo hicimos fue con la princesa Kakyuu poco antes de que...que... —Su tono de voz se quebró un poco e hizo silencio.

—No pensemos en las cosas malas, ¡Vamos a divertirnos! Iré por la vianda, pónganse algo cómodas para disfrutar —dijo muy alegré la chica de ojos zafiros, quién se fue corriendo y perdiéndose de vista entre uno de los pasillos del enorme palacio.

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