🔆Capítulo 18| Asistente de compras privada🔆

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POV ANASTASIA

El amanecer del nuevo día me cogió despierta.
No había querido contarles nada a José y a Kate hasta que no tuviera elaborado un plan de trabajo, y a eso me dediqué... hasta que me percaté de que la madrugada había llegado cuando se me escapó un bostezo que no pude contener.

Entonces estiré el cuerpo y noté el cansancio.
Miré la hora y comprendí que aún era muy temprano para ir a despertar a mis amigos. Aunque la noticia que tenía para darles era muy buena, preferí que al menos ellos descansaran un poco más, ya que yo no había pegado ojo en toda la noche.

Trabajé una hora más desde mi ordenador, en mi habitación, pero luego noté que el sueño estaba a punto de vencerme y que necesitaba muy
desesperadamente tomar café, ya que el torbellino que sentí en mi interior
al descubrir esa posibilidad, y que sin duda podía funcionar, estaba dejando paso al cansancio.
Por eso me levanté, fui hacia la cocina y me puse a preparar el desayuno. No era buena haciéndolo, pero me apañé como pude.

Una vez que lo tuve todo listo sobre la mesa, y que ya me había zampado dos tazas de café, fui a despertar a ambos.

—¿Te has caído de la cama?

—Algo así,en realidad, no he dormido -informé a mi amiga—. Vamos, ven, que tengo algo que contaros. —He preparado el desayuno.

—Por favor, más noticias malas tan temprano no. Anoche me costó mucho conciliar el sueño.—Mañana saldré a buscar un empleo, pues ayer decidí darme un día más de descanso;
—necesito el día de hoy para poder prepararme mentalmente y asumir que nada de lo que pensamos que pasaría en Nueva York sucederá.

—Deja de quejarte y ven a desayunar; lo que tengo para contaros es
bueno.

—¿Acaso tu padre te ha pedido disculpas y ha dado marcha atrás en su
absurdo plan?

—No, esto es mucho mejor.

—¿Mejor que los millones que tu padre tiene y te niega?— No lo creo.

—Deja de pensar en eso y ven. Voy a despertar a José.

—Llama a la puerta antes de entrar, duerme desnudo.

—¿Y tú cómo sabes que duerme así?

—Porque ayer entré sin avisar y casi me da un infarto.

—Joder, quiero todos los pormenores de su constitución, porque esa mirada me la conozco.

—No me hagas pensar en eso; es nuestro amigo y fue muy vergonzoso.

—No lo creo. Por cómo brillan tus ojos, no parece que hubieras visto algo vergonzoso.

—Ana, llevo algunos meses sin ningún tipo de acción, así que tal vez no estoy siendo objetiva.

—Muéstrame el tamaño con la mano y te diré si eres objetiva o no.

—Es nuestro amigo.

—¿Te vio?

—No, dormía.

—Entonces, nunca lo sabrá... Será nuestro secreto.

—No está bien que hablemos del tamaño de la polla de José. —Vivimos
los tres juntos.

—Tal vez tengas razón, pero me intriga, y tú y yo lo compartimos todo siempre.

—Es el monstruo del lago Ness-me soltó, y por su gesto parecía alucinada.

—Joder, ¿es monstruoso?, ¿así lo defines?

—Quizá estoy muy necesitada y por eso me lo pareció.

Asistente de Compras - Grey 《Christian y Ana 》Libro1Where stories live. Discover now