Como empezó todo

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Estando arriba de la pirámide podía ver todo el campo. Podía ver todo muy bien, a los sudorosos jugadores jugando fútbol americano, a los rencorosos jueces de la otra escuela y a los orgullosos jueces de mi instituto. Pero nunca me fijaba en los guapos jugadores, me fijaba en ella.

Arriba de la pirámide, que era parte de la coreografía que creé, podía ver a la mujer más hermosa que mis ojos habían visto. Ni las modelos, ni las celebridades más populares podrían comprarse con la belleza de la grandiosa Katsuki Bakugo.

Esa mujer, que, con sus intensos ojos rojos, hacen crecer llamas de fuego en mi interior, de determinación, de fortaleza, de motivación y la más llameante, de excitación.

Quiere decir que desde aquí arriba, en vez de estar cumpliendo con mi deber de echar porras al equipo de mi institución como la perfecta capitana del club de porristas que soy, estoy más concentrada el lucir genial para mi tierna Kacchan; apodo que le puse al día de toparme con ella.

Así que, con mi mejor sonrisa, hago a la perfección toda la coreografía, deseando ser el punto de mira de Kacchan. Y justo al terminarla, ganamos el partido junto con muchos aplausos y gritos, que seguro se pueden escuchar por todo el campus. Todas mis emocionadas compañeras corren al centro del campo para festejar con los miembros del equipo y como soy la capitana, también tengo que ir.

Un abrazo y una felicitación es lo que reciben todos de mi parte, menos uno, mi ex, solo le dije "que bien". No hablaré de él, por ahora.

Entre todo el griterío se alcanzó a escuchar una invitación para celebrar, obvio con alcohol, así que quería irme de ahí rápido y regresar a mi dormitorio. Tal vez podría toparme con la linda espalda de kacchan en el camino, pero como soy algo popular, me insistieron a que fuera.

Me hubiera gustado contestar con un, "Vete a la mierda", pero no podía decir eso, así que saque la excusa, "Me siento mal", así que me dejaron ir con la condición de que me fuera a descansar. No querían encontrarme entrenado, algo que me acostumbré a hacer en las noches

En el camino recordé como me di cuenta de la existencia de mi diosa kacchan.

Nunca olvidaré ese día, estaba muy nublado, iba a caer una fuerte tormenta y no había casi nadie por el campus porque habían suspendido las clases, pero como yo tenía un pendiente con la profesora Yagi, tuve que ir.

Me había desocupado tarde, ya había empezado el aguacero, y mi mentora no pudo ayudarme ya que tenía pendientes con la profesora Aizawa. Me quedé afuera sentada contemplando lo fuerte que caía la lluvia, mi celular lo había dejado en mi dormitorio, así que pedir apoyo de mis compañeros no era una opción.

No era tan aburrida la espera, el olor a lluvia era relajante, y el frío, pero suave viento era tan agradable que me habían puesto a divagar y después a murmurar cosas que ahorita no recuerdo, no eran de importancia.

Pero esos murmullos habían hecho enojar y colmar la paciencia de una chica que no recordaba que se encontrara ahí. Me gritó que cerrara la boca, yo me había volteado a verla para disculparme pero mis palabras no salieron, estaba en shock por la preciosidad de mujer que era; Cabellera rubia, un tono muy pálido y suave, estaba corto, un poco más corto que el mío, era puntiagudo, parecía una mini explosión, tenía el ceño muy fruncido, desde mi perspectiva alcanzaba a notar que su nariz era recta, labios delgados y rojos, pechos grandes, cintura estrecha, y caderas anchas, piel blanca, sin ninguna imperfección y una mirada felina acompañada de unos hermosos iris rojos, como el mismísimo infierno.

Como me había quedado un tiempo contemplándola, la chica se incomodó y me volvió a gritar, algo como "¡Deja de mirarme idiota!". Reaccioné y le pedí disculpas y rápido fui y me puse a lado de ella. Me urgía platicar con ella, preguntarle su nombre, en que semestre iba, que edad tenía, etcétera.

Al parecer ella no quería hablar conmigo, pues cada cosa que le preguntaba me respondida con un "cierra el ocio" o un gruñido. No me rendía, y seguía intentando sacarle algo, al menos hasta que bajara la intensidad de la lluvia. Hablaba y hablaba, no paraba, y aunque yo solo conseguí su nombre, ella, sin querer, consiguió mucha información sobre mí.

Cuando la lluvia paro, ella se fue. No sé cuánto tiempo estuve hablándole, pero ame cada minuto, porque, aunque ella mostraba indiferencia, sé que me había escuchado.

Ese fue el día en el que conocí a Katsuki Bakugo, el mismo día donde la apodé kacchan. A partir de ese día siempre la buscaba, quería acercarme más a ella. Lamentablemente mis entrenamientos y mi grupo de amigos eran un obstáculo, apenas podía decirle: "¡Buenos días Kacchan!", "¿¡Cómo estás Kacchan!?", "¡Hasta mañana Kacchan!".

No tarde en asimilar que me había enamorado de una mujer con la cual nunca he tenido una conversación normal.

Miré al frente y me di cuenta que estaba mi linda Kacchan caminando sola enfrente de mí, no había nadie alrededor que pudiera interrumpir mi primer momento con ella. Tome aire para meterme en mi modo coqueta y decirme: Yo, Midoriya Izuku, conquistare el corazón de esa tsundere de una vez por todas, para tenerla pronto acurrucada en mis brazos.

– ¡Hey, Kacchan! – Me apure en alcanzarla y caminar a su lado. Ella era más alta que yo, y eso me encantaba.

– Ughh, que fastidio – Empezó a caminar más rápido.

– ¡Espera! – Le seguí el paso fácilmente.

– ¿Qué quieres ahora? –

– ¿Es mucho pedir caminar a tu lado? – Le dije con la voz más seductora que tenía.

– ¿Qué mosco te pico? – Me miro extrañada con esos preciosos ojos rojos.

– Ninguno, yo solo quiero estar contigo –

– Que mamada, déjame en paz, ¿quieres? – Y empezó a alejarse más, a este paso llegaremos a los dormitorios más rápido.

– Pero no quiero, créeme –

– Me voy –

– ¿Sin despedirte bien? – Kacchan se detuvo y volteo a verme, se veía tan hermosa con el uniforme.

– ¿Qué dices? – No había rastro de duda en su divina carita, mas sin embargo sonó como pregunta.

– Si me vas a dejar solita, al menos despídete con un beso – Le di una sonrisa coqueta.

– No quieres eso – Se volteo y siguió su camino.

La dejé ir, por ahora, no quiero abrumarla, porque al parecer es muy tímida...awww pero que tierna es mi kacchan. Me apurare a irme a dormir, mañana quiero sorprenderla en el comedor, y espero que sus amigas no se encuentren ahí. No es porque me caigan mal, es solo que una de ellas se pega mucho a Kacchan y no quisiera amargarme el día con esa presencia.

Esperea que Kacchan se metiera a su edificio, para yo correr al mío. Mañana espero poder verla por primera vez sonrojada y tartamudeando. Prepárate Kacchan, que en poco tiempo serás mía.  

Tierna Kacchan | Bkdk FemWhere stories live. Discover now