Six

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Escuchaba la voz de mi madre la cual parecía desesperada, sentir sus cálidas manos sobre mi rostro me hizo recordar cuando me intentaba calmar y decir que todo estaba bien si ella estaba a mi lado. Que precioso recuerdo. Abrí mis ojos y efectivamente era mi madre, su rostro expresaba preocupación y mire aun lado para ver a Aídan el cual parecía preocupado.

Él había tenido la culpa. Mire mi brazo y lo suponía, estaba quebrada. — Carajo — Murmuré mirando mi brazo y mi madre acaricio mis mejillas.

— ¿Qué fue lo que pasó eh? — Hablo mientras me miraba esperando una respuesta, podría contarle la verdad y ser castigada o acordarme a lo que le había dicho Aídan y no recibir castigo.

— Yo... — Mire mi brazo enyesado y fingir quebrar en llanto — Fue muy doloroso — No me iban a salir las lágrimas porque no sabía cómo llorar, o fingir llorar. Pero se exagerar muy bien. — Todo paso muy rápido.

— Iba bajando las escaleras y resbaló — Dijo Aídan y asentí dándole la razón — Como te dije Vir... La traje de urgencias y ella se desmayó al ver su brazo herido.

Lo apunte con la otra mano — Claramente, mami eso paso — Asentí.

— Ay T/n — Me abrazó dándome algunas caricias. — Pudiste haberte golpeado la cabeza o lastimarte más fuerte — Rodé los ojos, ya estaba lastimada.

— Ya mamá, estoy bien — Le enseñe mi brazo — Solo un yeso... No podré usar mi celular o escribir en el instituto pero todo bien — Murmuré casi bufando.

— Debemos poner pasamanos en las escaleras — Hablo mi madre mirando a Aídan y este asíntio.

Me dieron el alta y pude volver a casa, debía hacer reposó, ya que tenía bastantes moretones en los muslos y lastimadas las rodillas. Llegué a casa y me plante en el sofá, mamá preparaba la cena y Aídan me hacía ‘compañía’ según mi madre. Miraba a este cada movimiento que hacía, y tenía un punto aparte.

Sería algo tonto pero ahora podría pedirle “favores” molestarlo y que se joda por idiota. Comencé a toser tratando de llamar su atención, se acercó a mí y aclaré mi voz para sonreír y mirarlo.

— Ve a mi habitación y busca mi celular, seguro está en la mesita de luz — Alzó una ceja.

— ¿Disculpa?

— Así — Sonrió creyendo que le diría ‘porfavor’ — No te tardes — Sonreí y tome una historieta para comenzar a leerla.

Miro hacia los lados y asomó su rostro cerca de mí — Te aseguro que no te saldrás con la tuya.

— Ya lo hice — Le sonreí y este subió las escaleras para ir hacia mi habitación, no tardó mucho en bajar y me entrego en celular, le di una media sonrisa y lleve mi vista hacia el celular.

Trataba de buscar cualquier excusa para no tener que hacer las cosas, como ir por un vaso de agua o incluso ir al colegio. Mi madre por otro punto le agradecía a Aídan a cada minuto, este sonreía y decía que para nada le molestaba.

Por obvias razones no iba al instituto hasta que me quiten el yeso, pero tenía que escribir por el computador con la otra mano y hacer tareas. Me quedaba con Aídan ahora y antes de que mi madre se vaya al trabajo me dejaba un beso en la frente y le encargaba a Aídan que porfavor me cuidara mucho. No soy una niña pequeña.

Pero con tal de molestar y molestar a Aídan no tenía ningún problema. Mamá como siempre de había ido y me había dejado con su novio, ella decía que aún no eran novios que recién estaban intentando algo. Estaba en mi habitación recostada mientras que con la otra mano miraba algunos textos de páginas.

La puerta se abrió dejando ver a Aídan, el cual tenía una de sus manos dentro se su bolsillo delantero. Se acercó a mí y alcé una ceja indignada de que haya entrando de esa manera sin tocar.

— ¿No te enseñaron a tocar antes de entrar? — Sin importancia me quito las sábanas e hizo una seña que me pusiera de pie.

— Anda levántate — Solté un risa nasal y fruncí el ceño mientras sonreía sin creer que él me estaba dando una orden.

— ¿Y si no quiero que?

— Me importa un carajo — Apretó su mandíbula — Te estoy dando una orden y debes cumplirla. Anda vístete y vámonos.

— Bien, baja y espera en la sala. ¡Sentado porque no me voy a salir de esta cama en todo el puto día! — Grite y volví a taparme con las cobijas.

— Te doy cinco minutos, si vuelvo no me molestaré en esperarte, te cargo y vienes conmigo a la fuerza. — Ahora no entendía que se creía que era, no era nadie e intentaba cuidarme como si lo fuera.

Escuché como cerro la puerta y baje un poco las cobijas para ver si ya se había ido, evidentemente se había ido. No había ni rastro de él, me puse de pie y cerré la puerta dejándolo afuera. Volví a recostarme esperando a que este lugar explotará, los cinco minutos pasaron y oía los pasos de Aídan subiendo las escaleras, me imaginaba su rostro viendo cómo lo había trolleado.

La llave la tenía yo, no tenía como abrir. Giro la perilla y se dió cuenta que estaba con seguro, creí que gritaría y luego se cansaría pero hizo todo lo contrario. Coloco unas llaves y sabía que no podría abrir, ambas copias de llaves las tenía yo.

Me había equivocado, la puerta se abrió y Aídan me miró enseñándome la llave — Estúpida idea — Abrí la boca indignada y mire la llave que tenía, evidentemente había una tercera copia. Me tape con las cobijas y con fuerza tome los bordes para que no intenté quitarle

— Anda vamos — Entre cortaba las palabras intentando quitarme las cobijas, sus brazos me rodearon junto con las cobijas y comencé a gritar para que me soltaba pero este no lo hacía, intentaba dar manotazos pero sabía que no iba a soltarme. Bajo las escaleras cargando me y mi rostro expresaba lo que estaba sintiendo. Bronca, mucha bronca

𝐄𝐯𝐢𝐥 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ