Amigo o Enemigo

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Ambos charlábamos en un lugar con más luz y más cómodo, dónde había más de una silla y polvo o cualquier insecto que pueda ser mortal o inofensivo. Habíamos salido del árbol y ahora caminábamos por el bosque, la charla de alguna manera se volvió amena, como si no conociéramos de toda la vida, no había nada sospechoso a demás de la planta que nos seguía. Luego de un rato llegamos a una casa de té, entre tranquilamente pero por poco me congelo en mi lugar y lloro. 

¿En verdad el mundo me odia tanto?. 

Mire al frente, dónde había varias persona que conocía un tanto bien, y todas estaban en silencio tomando o comiendo algo, trate de dar media vuelta y salir del lugar pensando que me equivoque de dirección pero Madara me lo impidió con su figura, quise gritar, de verdad. 

—¿Quieres algo de beber?— Preguntó como si nada, pero podía notar la maldad tras su máscara. 

Jodido traumado de mierda. 

Sonreí nerviosamente y luego asentí con la cabeza para después, de nueva cuenta dar media vuelta y rogarle a los cielos una salvación porque sentía que en cualquier momento me cortarían la cabeza y extraerían a Kurama de mí.
Pedí un té de manzanilla sin azúcar porque estaba en dieta y para relajarme, también pedí curry con arroz, de alguna manera u otra la idea de comer hizo que m relajará y volviera a la actitud de antes. 

¿Tenía miedo? Si, por qué, bueno, estaba entre los integrantes de Akatsuki, con cada uno de ellos mirándome para vigilar que no haga nada estúpido porque yo parecía muy estúpida, cualquiera de las dos servía porque me sentía intimidada. 

Mire a la izquierda y, si, me sonroje, y mucho, si no me moría de un susto me moriría por la adrenalina. Frente a mis nobles y humildes ojos se encontraba ni más ni menos que "El Hokage de las sombras". Queridos espectadores era Itachi Uchiha. 

—¿Eres un guapo o por qué tan sueño?— Salió de mi boca como si nada mientras me recargaba en mi mano, observándole. 

Pude escuchar, como algunos se ahogaban con su bebida y la mía fue traída en ese momento. 

¿Por qué todos se reían? 

¿Dije algo muy estúpido?

Y de repente mi cerebro hizo corto circuito cayendo en cuenta de lo que dije, me pue roja y me quería morir, en verdad que en este mundo no había nadie más idiota que yo, y si lo había gracias de todo corazón.
Tome del té, me importaba poco que estuviese hirviendo y me quemara la lengua, solo quería desaparecer y ahogarme en algún lugar. 

—El chico es gracioso— mire al de piel azul, y le sonreí tratando de calmar mi sonrojo. 

—Gracias, doy clases los jueves no cobro mucho— deje la taza en la mesa y comí del curri. 

Pica. 

Pica mucho, no, arde, esto arde, por qué mierda el curry arde. Siento que mi lengua se va a quemar, por qué lo dan con una bebida caliente, eso hace que arda más.
Revolví el arroz y el curry sin decir una palabra, estaba muy concentrada en que cada grano de arroz fuera cubierto por la salsa y que el contenido de mi plato no se desbordara hacía la mesa, eso es desagradable, una vez realizado sonreí y volví a probarlo, ya no picaba tanto como antes, ahora era más soportable 

—¿Qué es lo que quieren?— Dije sin muchas vueltas luego de pasar la comida adecuadamente y mirando el plato, no creo que pudiera comer esto. 

—A ti— una voz sombría y muy, pero muy brusca. 

Alcé la cabeza, en un rincón, alejado de todos había un tipo de cabellos naranja y varios piercing en el rostro, sabía quien era, el gran Pain, líder y fundador de Akatsuki. Mi mirada fue fría,  y sonreí burlonamente, no me dejaría intimidar ni mucho menos sobajar por un tipo que habla a través de un cadáver. 

—No sabía que había nigromantes aquí— otra cucharada de curry picoso revuelto con arroz y las verduras fueron a dar a mi boca. 

Todos guardaron silencio, nadie entendía de lo que hablaba más que Obito y Konan, el Uchiha  me miro, amenazándome con la mirada, le mire igual, no me detendría. 
Pain abrió los ojos y me miro directo, unos ojos morados con semi círculos negros, la razón por la que Obito se hacía pasar por Madara, no, la razón por la que el Uchiha mayor estaba en está organización.

El ambiente se volvió incluso más pesado que antes, todos me miraban como si fueran a matarme y era algo que podía suceder ya que con mis palabras solo cavaba mi propia tumba y ponía la marca de la muerte en mi cara, eran palabras peligrosas pero no es porque soy estúpida, los voy a presionar, y voy a negociar mi futuro. 
No me mal entiendan no es que no tenga miedo, de hecho tengo mucho, digo estoy entre prodigios de prodigios y uno de ellos se dice que es uno que nace cada cien años, es verdad que estoy aterrada pero no debo de dejar que el miedo nuble mi juicio porque sería lamentable, no es la primera vez que veo a la muerte de cerca, no solo con está vida que no es mía, si no que también en la que fue mía y en la época en la que cometí más errores de los que quisiera admitir. 

En está situación ser envenenada por un dibujo de rata hecho por un niño luego de que su amo le ordenará inspeccionar los alrededores debido a que había alguien espiando según él, aunque mentira no era, se veía totalmente inofensiva en comparación con lo que vivo ahora. 

—Es gracioso como todos los presentes aquí somos huérfanos, tal vez es el destino— deje la taza de té en la mesa mientras cerraba los ojos con tranquilidad. 

Me muero de miedo. 

Todos se perturbaron ante lo dicho, volví a mirarlos y está vez las miradas eran más fuertes que antes, tal vez muera aquí y ahora, demonios no tengo un testamento o una última palabra o convicción que heredar porque no tengo a nadie. 

—Aunque no sé si todos contemos— mire en dirección a donde estaba Sasori y luego el Uchiha menor. 

Sonreí y me recargue sobre mi mano para descansar mi cabeza, si la iba a perder preferiría que se sintiera más ligera. 

—¿Qué insinúas?— La aterradora y profunda voz del pelinaranja llamo mi atención. 

—¿Por qué trabajaría con seres inferiores a mí?— Mis ojos se volvieron rojos, fue entonces cuando sentí una oz en mi cuello, y el Uchiha quien había tenido lo ojos cerrado todo el tiempo los abrió— vamos, no se molesten, solo digo la verdad— puse mi dedo en la punta del arma y la aleje un poco sin presionar mucho. 

—¿Inferiores?— El tono era grave y rasposo, como una persona que no a hablado en siglos, le mire, era el marionetista. 

—¿Por qué trabajaría con unas personas que quieren destruir todo solo por no ser apreciados?— Dije con naturalidad, era verdad, yo no decía ninguna mentira. 

—Parece que crees saber mucho— una voz incluso más rasposa y sería que antes, se escuchaba como de fumador, era Kakuzu. 

—No sé mucho— alce mis hombros con naturalidad fingiendo indiferencia—. Lo sé todo— sonreí, como lo haría alguien astuto y un colmillo se vio, la chica abrió los ojos y trato de moverse. pero yo fui más rápida, en menos de que ellos lo notaran ya estaba liberando mi chakra. 

El color rojo me envolvía en su totalidad y empezaba a quemar a mi al rededor, el viento del lugar fue fuerte, todos me miraban de manera neutral a excepción del rubio y el de cabellos plata. 

—Quiero negociar el precio de mi cabeza señores— mi apariencia había cambiado por completo, ojos rojos y cabello rojo con puntas naranjas, mis colmillos había crecido y las marcas en mis mejillas eran más notorias. 

Tengo que sobrevivir a toda costa

¡No Soy Él!Where stories live. Discover now