Ocho.

269 36 12
                                    

«Querido Said:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

«Querido Said:

Pasaron quince días y ni rastro de ti.

(Y no es que estuviera contando los días para verte porque te extraño, no te hagas ilusiones).

Aunque me costaba admitirlo, al cuarto día me preocupé por no ver tus ojos de sapo rondando por los pasillos.

Tus amigos ya estaban de regreso y eso me inquietó aún más.

No es que me preocupara tu persona en sí, porque no me importa si te mudas a Marte. Más bien, tenía miedo de que por ti mi cabeza rodara.

Me preocupaba que por una vez que decido vengarme de ti, Diosito me castigue con el peso muerto de un idiota como tú.

Att. Una Melo ligeramente preocupada por su cabeza».

 Una Melo ligeramente preocupada por su cabeza»

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las mentiras que te escribía © | EN CURSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora