Capítulo siete: Red de Mentiras.

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Lo que paso después, ya no importó. En mi mente encajaba todas las piezas del puzle, Mavi era una mercenaria, había planeado cargarme con un bebé, pero al no obtener los resultados deseados y al ser reencontrada por mi prima decidió vender un escándalo a las revistas, ¿y quien si no lo haría? Por un momento me sorprendió que no vendiera la historia del bebé, claro, era una mujer inteligente, al hacerlo el rumor se intensificaría, mucha gente se vería involucrada y una prueba de ADN la desenmascararía. Mentirosa. Estafadora. Vulgar. Hipócrita. Embustera.

Sin embargo, la idea de que la conexión que percibí con Aslan había sido pura imaginación e ilusión mía, y que en realidad no se había significado nada. ¡Absolutamente nada! Hasta entonces no me había dado cuenta lo mucho que soñaba con tener una familia... Un hijo... Una esposa... Y todos estos absurdos pensamientos eran culpa de la miserable de Mavi Fares. Cuanto la odiaba.

–He venido en cuanto he leído tu mensaje. ­–Murmura Sevin entrando a mi oficina agitada. –No me lo podía creer. Nunca me habría imaginado que esa mujer llegaría a tanto. Es una extorsionadora.

–Lo que en realidad me molesta es que intente manchar mi imagen. –Miento. Me molestaba el hecho de que lo que sentía por ella y por Aslan habrían sido un juego para ella.

–Pero veamos el lado positivo, ya te has deshecho de cualquier duda del bebé. –Ella suspira. –Ya ha cobrado lo que ella quería, se olvidará de nosotros y nosotros de ella, sólo será un mal recuerdo, Zein, no hemos perdido nada, ¿Verdad? –Inquiere con cierta duda. No podía responder a eso. No quería creerlo. Sevin reconfortante me toma de una mano. –Todo estará bien, primo, sólo es cuestión de tiempo, ahora sólo estas enfadado.

–Sí, debe ser eso. –Sevin me deposita un beso en la mejilla y se despide de mí.

Ahora agradecía que esa misma mañana saldría la edición de mi cita con la maestra Ilay, aquella mujer no volvería a molestarme.

Sin saber porqué le pido a Ahmet que me diga en donde se encontraba Mavi. Ella había ido al gran bazar. Aunque por varios segundos me debatí en ir a buscarla y cual sería mi reacción al verla, al final me decidí por mirarla de lejos. Como una especie de despedida, algo que mi mente no quería interpretar así.

La encontré en una tienda de telas, llevaba a Aslan cargado en su canguro, no podía entender porque aquel bebé me causaba un desgaste emocional y de alguna ridícula manera era como verme a través de sus ojos. Cuando ella se media vuelta nuestras miradas se cruzan, mi sorpresa fue que me encontré con un par de ojos furiosos y no avergonzados, ¿era porqué no había conseguido suficiente dinero? Mavi se aproxima hacía a mí analizando muy bien lo que pretendía decirme.

–Quisiese decir que me da gusto encontrarlo, pero sólo me ha dañado la mañana. –Espeta. –¿Qué es lo que hace? ¿Seguirme?

–Claro, y tú debes saber muy bien de qué va eso del hostigamiento. –Mascullo. –Después de todo has vendido nuestro último encuentro nocturno a las revistas.

–¿Qué yo qué? –Inquiere con cierta burla– Ni porque me pagarán todo el dinero del mundo confesaría que le conozco ya tengo suficiente con los desagradables recuerdos como para dejarlo constatado en una revista para mujeres sin ninguna preocupación y que solo buscan cotillear y ver a quien despellejan, no soy de esas. –Dice vehemente– Pero, creo que su nueva amante es una ellas así que lamento si lo ofendo. –Mavi camina a un lado mío marchándose, voy detrás de ella y le tomo del brazo deteniéndola.

–¿Mi nueva amante?

–Señor, ¿podría soltarme? ¿O prefiere que grite? –Replica intentando zafarse de mi agarre. –¿No le da vergüenza comportarse de este modo tan violento con tanta gente a nuestro alrededor y con un bebé?

Luna Llena en San ValentínWhere stories live. Discover now